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...Sigo pensando en el tiempo y en las bestias. Que me recuesto en una neblina tan delicada, en la que todas mis ideas han desaparecido y entonces dejo de respirar por un largo minuto. Antes sabía responder a unos labios, ahora tiemblo de verlos bailar entre mis pupilas...

(Imagina. Que nuestros brazos se despiden de toda extremidad palpable. Y aquí, en donde las hormigas son más fuertes que los hombres, es donde despertamos de una deliciosa pesadilla. Imagina. A las seis de la mañana una princesa que se cuelga de un árbol frondoso y lleno de manzanas. Somos esos tristes. Esa película de viento que no deja de fastidiarnos con cada palabra que me dices en un delicado golpe.)

...Todo resulta tan extraño. Hablarte en suspiros mientras duermes. Coger la sábana y ponértela de nuevo hasta el pecho para que no tiembles de tanto soñar con tus fantasmas. Es la noche, es esa tiniebla la que me vuelve un vampiro en tus caderas. Escribiendo con nuestra sangre un intento de poema. Sabes que no soy esa persona, que me robo siempre un poco de tu olor para que en las calles y en los cementerios no se me olvide que existes. No quiero la calma. Estoy para que cuando te quedes callada no se genere un silencio hueco...

(Resulta que de mis huesos no queda casi nada. Resulta que mis únicos motivos para escuchar a los grillos se han desvanecido con una aguja en mi espalda. Y de nada sirve estar hablando mientras contemplo tu forma esmeralda, la ligera curvatura de tu pelvis, el aterciopelado espiral de tu nuca ¿Sabías que mientras sueñas aprietas los puños hasta dejarte las uñas marcadas? Es así, que llevo noches infinitas sin dormir porque no puedo dejar de mirarte entre la lluvia ácida de tus sueños inquietos.)

...Sin embargo me pregunto si alguna noche dejará de ser noche. Me revienta la entraña de tanto inventarnos. No es justo que después del tiempo haya más tiempo. Será que somos tan inocentes, que intentamos jugar al desierto en mi cama y luego te pierdes, será que entonces yo, al estar hablándote durante tantas noches eternas, me he dado cuenta que tengo un miedo inmenso a tu despertar...