
Resígnate a descansar. A mirarte en el espejo donde escribías versos de Rimbaud. Oscura y petulante. Sin orquídeas, sin jacarandas púrpuras de desprecio. Abrígate que ya es octubre, mientras marte te llama con música cósmica, con anhelos rojizos y cristales nórdicos. Levanta ésa caricia muda, resígna la sangre y muestra la mirada tan húmeda de aquellos senos tuyos, dos glóbulos, pérdidos, ambiciosos. Sueña el ángel caucásico y solitario, en manada y asexual. Sueña espejos mientras tú mortífera espesura, no dejas rastro de aquella deliciosa sangre que una vez probé. Mira en el espejo belleza abstracta, mira el reflejo de tu sólida amargura, de tu pan acariciable y de unas uñas fastasmales. Regresa al verso sanguíneo y Rimbaud aplaudirá desde el infierno. Muere impecable, con belleza nítida, con la sangre tibia recorriendo tu cuerpo de porcelana. Resígante mi alma cruda, descansa en las auroras primitivas y llora de sangre, de sal, llora de paz inexistente. Deja la muerte, cuida la muerte en las púpilas de tus ojos inyectados.
!Saludos infierno!, bebe mi cuerpo,
toma mis ojos y libérame de tanta pasión.
Descansa ahora mi hermoso ángel asesino, duerme en las fauces del rojizo cosmos que Rimbaud estará agradecido.
Amén.
Descansa ahora mi hermoso ángel asesino, duerme en las fauces del rojizo cosmos que Rimbaud estará agradecido.
Amén.
1 comentarios:
Rimabud estaría orgulloso...siempre tus textos son una dulce pesadilla, gracias.
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