Vapores de urinario. La nostalgia fecal de lo pasajero. Alivio de esfínteres, desahogo de vejigas, revindicación del sistema nervioso y un suspiro, tal vez un pedo. Malestares matinales, incongruencias estomacales corregidas por Alka Selzers que simulan ostias de sábado santo. Lo inevitable: el flujo biliar por las canales de un intestino grueso, la boa anillada comprimiendo los fluidos en su onduleante proceder. Carcoma, cristales aguzados llagando esófagos, provocando vomitos de vidrio y sangre. ¿Demasiada sal tal ves? Quién sabe... la ilusión homicida por querer imitar a un tragaespadas, exceso de hambre, impulsos incontenibles por triturar bloques de mármol a mordidas. Deyecciónes, excreciones y eyaculaciones (parodiando a Bukowski)... ¡Esputos flamígeros de moco! ¡Loas escatológicas! ¡Primicias Rabelaisianas, Gargantúas y Pantagrueles comandando ejércitos diarréicos! Y yo sentado, en la parquedad cachorra de la taza de baño, fatigado de pujar en el vacío, anhelando el parto excrementicio, el aullido implacable del ojo negro, escribiendo estas palabras en el rollo de papel a razón de no tener otra cosa que limpiar...
martes, agosto 29, 2006
Archivo de Bilis
Publicadas por Neónidas: a la/s 8:08 p.m.
Etiquetas: vísceras cráneos y otros huesos
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3 comentarios:
considero que el arte es un acto de vaciar los intestinos, por eso coincido con aquellos quienes dicen que los escribo es una mierda.
Una prosa interesante. Yo admiro el conceptismo y me gusta la literatura dnesa, de esa que te obliga a parar para asimilarlo todo. Espero leer aquí más cosas y cuanto más largas, mejor.
mmm muy bueno, muy interesante te felicito... escribes muy bien
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