La proyección de un primer filme pornográfico. Afuera del cine, el polvo haciendo sus diseños de sábana homogénea, acentuando al vacío con una tilde gigantesca. El ruido del viento tomando la palabra para representar su monólogo de chiflones indagantes. Y adentro del gran salón de Edna los señores engalanados en las butacas, juzgando una fellatio mientras tuercen los bigotes. Una sinfonía asonante de orgasmos rellena los espacios vacíos. Afuera, el sol de las 12 busca infatigable cualquier trazo de sombra para eliminarla. Ilumina descaradamente la mitad del mundo con su fulgor incombatible. Dentro de la sala, una oscuridad de mina proteje las disimuladas sonrisas de los caballeros, quienes excitados se han quitado el guante y se disponen a tocarse. Un desliz de cremallera. El exclamo quejumbroso de algún magullado. Suspiros. Y la película: "A violent intercourse representation" Un compás punzante de pelvis siendo péndulos con arrítmia. ¡¡¡Ahhhhhhhhhhh!!! Afuera un ejército de mujeres se han hecho viejas, han sido olvidadas por los hombres y ahora están enterradas bajo el polvo. Dentro del cine, una orgía de cadáveres onanistas. Esqueletos libidinosos desesperados por encontrar su miembro y el estreno de un primer filme pornográfico.
sábado, julio 22, 2006
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