martes, julio 11, 2006

Fin

Habrá un día -no muy lejano- en que los crepúsculos no serán bálsamo suficiente para apacigüar el ansia. Toda luz será un arma punzante lastimando nuestros nervios. Esas explosiones de naranjas incendiados parecerán eternas cuando se halla asentado la última de las guerras. Llegará justo a tiempo la hecatombe que fulmine a nuestra especie. Ahora apenas se está gestando, está floreciendo el feto famélico, el responsable de un necesario exterminio. Crece en silencio, sin que nadie se entere, sólo de vez en cuando algún profeta-niño puede presagiar su venida entre los giros de su almohada.

2 comentarios:

Goyitrina dijo...

Por favor Neonidas, dejanos dormirnos en nuestro optimismo. Nadie lo quiere saber, aunque todos lo presientan...

Anónimo dijo...

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