El sol ha caído en el mundo al igual que he caído yo, pero el sol no será juzgado por caer mientras que yo me juzgaré a mí mismo.
Douglas Coupland
Generación X
A veces misterioso se alzaba entre las acacias que ya no respiraban. El ocaso siempre ausente lo retenía al vuelo que jamás iba a llegar. Solamente Escandinavia estaba ahí, con su sol plástico y sus sombras viejas. Miraba cristalino al tiempo, al tiempo, al tiempo que ya sudaba frío y sin nada que perder hundirlo en el lodo. Escandinavia rugía entre mares negros, olía a sus pocas flores sin color, se alzaba pura y blanca como ella solo sabía. Él rompió las lágrimas para posarlas sobre el piso helado. Las colocó una tras o otra hasta lograr la cuidad que siempre estuvo ahí. Hermes se levantó hecha de sal y sangre. Escandinavia tocaba curiosa y sin saberlo ella ya era parte de aquella nueva ruina. La gran Hermes subió entre hielo y sol para siempre dejar la huella en simples mortales. El hombre cambió su alma por varias tierras para después dejarse morir sobre un falso amor. Escandinavia se inclinó en medio de un suspiro para agradacer a su creador sin palabras. El abrazo fue eterno, el sol cayó de nuevo y mintió con sus rayos a los humanos sordos. Hermes será infinita y algunos mortales siempre estarán llorando por tan hermosa estampa de un sueño.
1 comentarios:
Hola, sólo pasaba por aquí para agradecer la visita y el comment, gracias
regrese cuando quiera, no garantizó mucha producción pero igual ya pronto tendré más tiempo.
Tiene un buen blog, ¿las imágenes son suyas?
Por allá abajo ya deje mi huella.
Saludos fraternos
(porque hablo de usted, no sé como que hoy amanecí más solemne, dispense)
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