
-No, primero el laberinto, después el bosque-
-Pero el celeste nunca habló de un laberinto-
-Sin embargo está allí, y algunas noches la aurora lo oculta para que no tengas miedo-
-Siempre tengo miedo, miedo de mar, miedo de oscuridad, miedo de él...-
-Al alba el miedo come ausencias, augura amor falso para que de inmediato dejes de buscar "eso"-
-Hasta invisible llora y yo lo escucho, llora de una refracción muerta. ¿Dónde vive el prisma, el reflejo?-
-Vive en la gasolina, en el plástico y en las grandes cuidades que nunca viste-
-El laberinto ya no gira, habla de pasados en color, de caricias recogidas en la arena-
-La sangre es color arena, y el viento se llevará el sonido pérdido de éste bosque gris-
-¿Y sí las uvas de mis ojos revientan en mil sombras?, ¿Y sí las llamas se vuelven azules y las hojas comieran cristal?-
-Las preguntas no brillan, el árbol sucio brilla, en la televisión te dirán todo lo que quieras saber-
-Entonces el astuto celeste quiere beber de mis pies, lavar mi cabello y romperme las rodillas-
-Ahora empiezas a entender y como no hay mañana, es el ahora quien abre las estrellas-
-!Mira!-
-No, primero el laberinto, después el bosque-
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