Desde la Torre Negra

Con el conocimiento, o mejor dicho desconocimiento, de los resultados electorales hoy, dos de julio, queda demostrada la poca o nula preparación que un país como México tiene para esa madre que a los occidentales les apetece tanto llamar, “Ejercicio Democrático”. El hecho de que el IFE haya pospuesto los resultados oficiales para el miércoles no quiere decir que prefiera no ser determinante aún, (el conteo preeliminar propone al nazi (el de derecha) como el ganador), más bien quiere decir que los hombres de traje cuyos rostros, por motivos de Seguridad Mundial, no conocemos, tendrán más tiempo para reunirse en la torre negra y desde ahí planear la estrategia adecuada para la resolución de las elecciones. Si el nazi de derecha gana, el otro nazi, el de izquierda, podría desencadenar una revuelta que a los hombres de traje les conviene menos que sus disparates en el poder. De momento y en tanto estos secretos caballeros dilucidan la forma más adecuada de preparar a la gente para el Apocalipsis, yo ya aparté un billete aéreo al Salvador, y estoy seguro de que los tres principales contendientes a la presidencia tenían encima unos dos valiums para soportar el trajín, quizás el nazi de izquierda consumió también algunas líneas de coca (de uso exclusivo para Evo Morales y la guerrilla colombiana), pues en su mente descompuesta la revuelta ya empezaba a trazar sus primeros matices. Como sea, ajeno a todo este cataclismo posmoderno, fui a las urnas esta mañana y anulé mis votos mediante floridos mensajes al sistema democrático actual que, naturalmente, sólo pudieron ofender a los funcionarios de casilla quienes bien merecido lo tenían por haberse prestado a una cosa tan deshonesta como “Ejercicio Democrático”.