(Cadáver Exquisito)
Cuadros colgados desde siempre en la misma pared,
El teléfono que devora claveles a tu ausencia de caracola,
Botones perdidos que recorren las calles de la antigua ciudad
Y pinceladas que retratan rostros transparentes,
En un augurio que sucumbe al de tu sonrisa,
Sin hilo fosforescente y flamingos suicidas que en tu honor empluman,
Hay miradas que consiguen espiar hasta el alma,
Naranjo en flor que crece imparable sobre tus pies,
Moras y frambuesas que tiñen sin querer tus dedos,
El mercurio que sale y asustado inventa una lágrima,
Son como manzanas mordidas por una Blancanieves caprichosa.
(Con la colaboración de Cecil)
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