In Memoriam

Monólogo en tiempo fuera, en un segundo.

Mientras se dejaba de tocar un piano de cola blanca. O qué sé yo, una ballena con la boca abierta dejando escapar miles de peces fosforescentes. Mejor aún, la inquietante rueda de un tractor en Alabama, aprisionando a un campesino, haciendo bailar sus entrañas entre vuelta y vuelta. Podrían haber pasado miles de estampas como aquella en ese momento, pero como ya se sabe, no hay alternativas en un segundo, no hay elección de decidir en un segundo, imposible generar un pensamiento en ese cortísimo instante del tiempo. Entonces no se podía hacer nada. O si hubiera podido hacer algo, tal vez no lo habría hecho, es un dejar del presente que ya se volvió pasado y así infinitamente. No hay un inicio, no hay final evidente, pero algo sucede, algo tiembla sin darnos cuenta. Y cuántas cosas pueden pasar en un segundo. Cae una lágrima, mastica un cocodrilo, alguna partícula de polvo entra por la nariz de un hombre, suena una grúa, revienta un globo, y luego qué, o luego nada. Será que el tiempo me da tanto miedo. Y todavía no entiendo como no puedes ni mirarme, en qué lugar dejaste de pensarme ¡Pero si sólo fue un segundo! nadie puede hacer nada en un segundo. Y sé que no fue culpa mía, que en realidad yo no tengo el control, y también sé que a cada noche me invento otro final, un final en el que no existe el tiempo, ni los segundos, en el que me da tiempo ha pensar las cosas detenidamente y logro resolver la situación a tiempo ¿Lo ves? ¡No puedo! Todo es el tiempo, y qué hago yo, no pude hacer nada ¡Por favor! Y es que te sigo oliendo, pensando, admirando, entonces no sé cómo pero de pronto se abre el cielo y es cuando te empiezo a llorar desconsoladamente. Me gustaría tanto que regresaras, volver a sentirte con mi piel, escucharte tocar el violín a media tarde, ¡Y nada! ¡Imposible!...Imagina un campo verde, en donde a lo lejos se ve un árbol, sin hojas, ahora cierra los ojos fuertemente y mírame ahí, debajo del árbol, esperándote. No, no logras verme, soy como un fantasma y todo por qué, por un segundo, un maldito segundo en el que nadie puede hacer nada ¡Lo lamento tanto! Es terrible despertar así, viendo como mi vida se desvanece en tu ausencia, perdiendo toda mi capacidad para pensar ¡No se puede! Y sé que me escuchas ¡Carajo! ¡Carajo! Sabes que no me gusta llorar, sabes que odio cuando como naranja y me quedan los dedos pegajosos, sabes que tu aliento en mi oreja me destruye por completo, también sabes que tengo pánico a las arañas, no entiendo cómo te fuiste así, tan rápido, en un segundo, en un segundo cae la primer gota de lluvia, en un segundo se enciende una lámpara vieja, se escucha una carcajada de mujer, se muere una cebra en en el zoo de Nueva York, se balancea un columpio sin niño, en un puto segundo te fuiste y ahora, ahora qué, qué pretendes que yo haga.