Queridos monstruos,
¡Es noche de brujas!, el asesino serial prueba la potencia de su sierra eléctrica para repetir los grotescos homicidios que le han dado fama, el licántropo adolescente experimenta su penosa metamorfosis frente al espejo y baja a descuartizar burócratas al metro de Londres, la momia egipcia asciende de su largo sueño de tres mil años y Bela Lugosi despierta para chupar la sangre de las vírgenes. Para celebrar estos oscuros eventos, y en atención a nuestros lectores del más allá, la Casa Neónida ha preparado su Primer Especial de Noche de Brujas. La confección de los textos, lo mismo que las imágenes a cargo de las ruidosas entintadoras de Quinto Seaux, no hubieran sido posibles sin la compañía de las caprichosas almas en pena de los frailes dominicos, quienes por estos días vagan espantando en los pasillos de la Casa Neónida. Gracias a todos, vivos y muertos, por su colaboración en esta galería del terror, y bienvenidos sean los espíritus de quienes han pedido pasaje en estas fechas para compartir su larga noche con nosotros.
¡Es noche de brujas!, el asesino serial prueba la potencia de su sierra eléctrica para repetir los grotescos homicidios que le han dado fama, el licántropo adolescente experimenta su penosa metamorfosis frente al espejo y baja a descuartizar burócratas al metro de Londres, la momia egipcia asciende de su largo sueño de tres mil años y Bela Lugosi despierta para chupar la sangre de las vírgenes. Para celebrar estos oscuros eventos, y en atención a nuestros lectores del más allá, la Casa Neónida ha preparado su Primer Especial de Noche de Brujas. La confección de los textos, lo mismo que las imágenes a cargo de las ruidosas entintadoras de Quinto Seaux, no hubieran sido posibles sin la compañía de las caprichosas almas en pena de los frailes dominicos, quienes por estos días vagan espantando en los pasillos de la Casa Neónida. Gracias a todos, vivos y muertos, por su colaboración en esta galería del terror, y bienvenidos sean los espíritus de quienes han pedido pasaje en estas fechas para compartir su larga noche con nosotros.
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(Fabio Quinto Seaux. Torquemada. Gelatina sobre metal. 3,12 cm. x 3,20 cm.)
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En 1985.En 1985, en la noche de brujas, todos queríamos ser niños del Berlín occidental. Nuestra parcela comunista no ofrecía la variedad de caramelos que en la contraparte liberada se ofertaban con tanta gentileza. Además, en caso de lograr un permiso para celebrar en el otro lado, había que enfrentar otros obstáculos: los soldados del muro nos quitaban los dulces, los niños del Berlín occidental se burlaban de nuestros disfraces confeccionados por nuestras madres y, de cuando en cuando, las ametralladoras automáticas confundían a una momia de siete años con un fugitivo. Se cree que debido a esto surgió la A.M.A. o Asociación de Monstruos Alemanes, una agrupación comunista de engendros arios que propugnaba por el derecho a festejar la noche de brujas según las prácticas y usos de la noche del Walpurgis y el monte de Bröcken. Para tal fin la A.M.A lanzó una publicación anónima, en la cual se invitaba a la población civil en general a celebrar la noche de brujas de manera distinta a la tradicional; es decir, aboliendo las romerías de críos maquillados de diablos y la fórmula archiconocida de truco o trato, suplantándolos por prácticas más fieles al aquelarre y la misa negra. Desconocida es para el occidente actual la insólita y macabra propuesta de la A.M.A que, en sus mejores momentos, fue señalada como vanguardia artística y happening de tono Fáustico. En el noventa y nueve, un miembro de la escuadra neónida halló un viejo pasquín en el confesionario de la catedral de Leipzig. Originalmente el texto estaba redactado en alemán antiguo, dadas las complicaciones del idioma nos dimos la libertad de traducir y reproducirlo para ustedes:
Aquí se entrega el decálogo práctico para la noche de brujas.
- Hacer un fuego en el jardín de casa en compañía de los amigos y quemar cualquier texto sagrado que se tenga a la mano: Biblias, encíclicas, homilías dominicales, libros de moral, estampillas religiosas, etc. Mientras se prende el material, se aconseja repetir jaculatorias en latín antiguo o entregarse a la fiesta orgiástica.
- Reunirse con varios amigos en casa e invitar a un niño menor de diez años. Ofrecerle una copa de sangre y horrorizarlo hasta el llanto con las más violentas historias del Conde de Lâutremont.
- Juntarse con la familia en oscuro conciliábulo y discutir la posibilidad de inmolar al primogénito. Si este se niega, será necesario sacrificar a la madre o en su defecto, a la hija.
- En compañía de sus vecinos jugar a la ouija, escuchar el réquiem de Mozart y la colección completa de Black Sabbath, orinar a su mascota y convocar al espíritu de Giordanno Brunno.
- Básicamente ser malvado a lo largo del día: engañar a la novia, insultar a la madre, golpear al débil, abusar del ingenuo, etc.
- Gritar "Satán, mi dueño y salvador" y repetirlo seiscientas sesenta y seis veces.
- Visitar el cementerio de su preferencia y profanar las tumbas. Cambiar los huesos de lugar, jugar a los dados sobre las lápidas, bromear con los apellidos de los difuntos, fornicar con los cadáveres y por supuesto, escarmentar al velador y amenazarlo con enterrarlo vivo en caso de hacer una denuncia.
- Preparar pócimas con recetas de algún nigromante del siglo XII.
- Pintarle bigotes a una monja.
- Robarle una pantufla a Juan Pablo II y sabotear sus tentativas de descrédito frente al mundo comunista.
Aquí se entrega el decálogo práctico para la noche de brujas.
- Hacer un fuego en el jardín de casa en compañía de los amigos y quemar cualquier texto sagrado que se tenga a la mano: Biblias, encíclicas, homilías dominicales, libros de moral, estampillas religiosas, etc. Mientras se prende el material, se aconseja repetir jaculatorias en latín antiguo o entregarse a la fiesta orgiástica.
- Reunirse con varios amigos en casa e invitar a un niño menor de diez años. Ofrecerle una copa de sangre y horrorizarlo hasta el llanto con las más violentas historias del Conde de Lâutremont.
- Juntarse con la familia en oscuro conciliábulo y discutir la posibilidad de inmolar al primogénito. Si este se niega, será necesario sacrificar a la madre o en su defecto, a la hija.
- En compañía de sus vecinos jugar a la ouija, escuchar el réquiem de Mozart y la colección completa de Black Sabbath, orinar a su mascota y convocar al espíritu de Giordanno Brunno.
- Básicamente ser malvado a lo largo del día: engañar a la novia, insultar a la madre, golpear al débil, abusar del ingenuo, etc.
- Gritar "Satán, mi dueño y salvador" y repetirlo seiscientas sesenta y seis veces.
- Visitar el cementerio de su preferencia y profanar las tumbas. Cambiar los huesos de lugar, jugar a los dados sobre las lápidas, bromear con los apellidos de los difuntos, fornicar con los cadáveres y por supuesto, escarmentar al velador y amenazarlo con enterrarlo vivo en caso de hacer una denuncia.
- Preparar pócimas con recetas de algún nigromante del siglo XII.
- Pintarle bigotes a una monja.
- Robarle una pantufla a Juan Pablo II y sabotear sus tentativas de descrédito frente al mundo comunista.
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PB o siniestro en acceso al aeropuerto #1000.
Esto se cuenta antes de cualquiera de los tiempos. No se cual sea el método en el que usted organice sus edades. Antes de andar por ahí levantando proclamaciones falsas, antes incluso de publicar mis consideraciones acerca del estado anímico del Sr. Samuel Beckett, conocí a Pedro Bello.
El instituto de estudios, Colegio Árboles, aun atendiendo mi formación temprana, siempre me pareció – y con esto me refiero no solamente a sus macabras instalaciones- una siniestra y soberbia imitación de una prisión norteamericana de avanzada. Alcatraz, San Quintín, Los Tres Ahorcados. Aquel buque fue mi correccional. En aquel instituto recibí mi primera deformación. Aquella abominable edificación de roca era dirigida por las inquietudes escolásticas y espirituales del Opus Dei, siendo en aquel entonces el máximo delegado de tan confusa casa de estudios, el Doctor Pedro Bello Guerra. Soberbio higienista de corbatín y excelsos modales – aquel macabro beato de los oficinistas – en la actualidad se figura así mismo y frente a las comunidades de padres de familia como un empresario dadivoso y multidisciplinario. Mi director además era un magno atleta olímpico, tanto así, que era notorio en la formación de su espaldar todas aquellas horas haciendo crawl en los corporativos de adiestramiento muscular. Entre sus múltiples vanidades, además de una corona dorada como reparación de sus piezas dentales –un accidente jugando tenis en contra de un joven seminarista de la prelatura de la santa cruz – llevaba un anillo donde en plata adiamantinada se resaltaban sus celestiales iniciales. PB, en Times 18 en itálicas. Era común ver grupos de infantes - en entusiasta reunión - acercándose al doctor Bello con motivo de que su director – segundo padre, esgrimista malvado – imprimiera bajo la presión de sus puños endurecidos de tanto hojear Camino, aquel femenino grabado en sus frentes infantiles. PB. Pedro el Bello. Paladín de los Batracios. Como si fuese el sendero olvidado de una tempranísima varicela, en mi frente, y en la de varios estudiantes de aquel instituto de ejecución mental, los viernes santos, la marca del educador intruso vuelve aparecer repentinamente la frente de los afectados. Es entonces cuando mi cráneo recuerda la presión de su anillo. Cosa que de un modo distinto recordara el estudiante Esteban de Miguel. En una comprensible distracción, los ocupados padres del chico confundieron el viernes con sábado y llevaron al jovencito con corbatín y chaleco a la escuela para que este atendiera sus cursos de geografía. Naturalmente no había nadie en el colegio. Antes de comenzar con el periodo de actividades académicas - extrañado por la misteriosa ausencia fantasmal en aulas y pasillos – decidió pasar a la capilla con motivo de ofrecer su día al principado celestial. Para evitar el apuro, la capilla del Colegio Árboles tiene un inteligente sistema de inspección eucarística. Si uno anda de prisas, uno puede encontrar una ventana falsa en una de las paredes exteriores a la capilla, al abrir la portezuela es posible ver por una pequeña lumbrera el panorama oratorio. Uno contempla el altar vuelve a cerrar la ventana y continua con sus distintas actividades. El joven de Miguel al asomarse se encontró con un siniestro espectáculo. Pedro Bello con un capote de hechicero - dirigía una funesta ceremonia. El alto ejecutivo se comía a un compañerito suyo que hasta donde el joven de Miguel tenía entendido se había ido un año a estudiar los idiomas anglosajones a un instituto privado en Nueva Escocia. Lo acompañaba un séquito de monjes carolingios agitando matraces que derramaban cantidades impúdicas de un incienso enrarecido. Desde ese día nadie ha sabido nada del estudiante Esteban de Miguel. Sus padres aun lo siguen buscando. Señores de Miguel, comunidad académica: Ahora haré un abominable pronóstico, estoy seguro de no equivocarme, cuando encuentren el cadáver, sugiero a la policía que busque una extraña marca en su frente. Entre los despeinados cabellos de Esteban de Miguel, estoy seguro se encuentra la solución de un macabro homicidio.
Esto se cuenta antes de cualquiera de los tiempos. No se cual sea el método en el que usted organice sus edades. Antes de andar por ahí levantando proclamaciones falsas, antes incluso de publicar mis consideraciones acerca del estado anímico del Sr. Samuel Beckett, conocí a Pedro Bello.
El instituto de estudios, Colegio Árboles, aun atendiendo mi formación temprana, siempre me pareció – y con esto me refiero no solamente a sus macabras instalaciones- una siniestra y soberbia imitación de una prisión norteamericana de avanzada. Alcatraz, San Quintín, Los Tres Ahorcados. Aquel buque fue mi correccional. En aquel instituto recibí mi primera deformación. Aquella abominable edificación de roca era dirigida por las inquietudes escolásticas y espirituales del Opus Dei, siendo en aquel entonces el máximo delegado de tan confusa casa de estudios, el Doctor Pedro Bello Guerra. Soberbio higienista de corbatín y excelsos modales – aquel macabro beato de los oficinistas – en la actualidad se figura así mismo y frente a las comunidades de padres de familia como un empresario dadivoso y multidisciplinario. Mi director además era un magno atleta olímpico, tanto así, que era notorio en la formación de su espaldar todas aquellas horas haciendo crawl en los corporativos de adiestramiento muscular. Entre sus múltiples vanidades, además de una corona dorada como reparación de sus piezas dentales –un accidente jugando tenis en contra de un joven seminarista de la prelatura de la santa cruz – llevaba un anillo donde en plata adiamantinada se resaltaban sus celestiales iniciales. PB, en Times 18 en itálicas. Era común ver grupos de infantes - en entusiasta reunión - acercándose al doctor Bello con motivo de que su director – segundo padre, esgrimista malvado – imprimiera bajo la presión de sus puños endurecidos de tanto hojear Camino, aquel femenino grabado en sus frentes infantiles. PB. Pedro el Bello. Paladín de los Batracios. Como si fuese el sendero olvidado de una tempranísima varicela, en mi frente, y en la de varios estudiantes de aquel instituto de ejecución mental, los viernes santos, la marca del educador intruso vuelve aparecer repentinamente la frente de los afectados. Es entonces cuando mi cráneo recuerda la presión de su anillo. Cosa que de un modo distinto recordara el estudiante Esteban de Miguel. En una comprensible distracción, los ocupados padres del chico confundieron el viernes con sábado y llevaron al jovencito con corbatín y chaleco a la escuela para que este atendiera sus cursos de geografía. Naturalmente no había nadie en el colegio. Antes de comenzar con el periodo de actividades académicas - extrañado por la misteriosa ausencia fantasmal en aulas y pasillos – decidió pasar a la capilla con motivo de ofrecer su día al principado celestial. Para evitar el apuro, la capilla del Colegio Árboles tiene un inteligente sistema de inspección eucarística. Si uno anda de prisas, uno puede encontrar una ventana falsa en una de las paredes exteriores a la capilla, al abrir la portezuela es posible ver por una pequeña lumbrera el panorama oratorio. Uno contempla el altar vuelve a cerrar la ventana y continua con sus distintas actividades. El joven de Miguel al asomarse se encontró con un siniestro espectáculo. Pedro Bello con un capote de hechicero - dirigía una funesta ceremonia. El alto ejecutivo se comía a un compañerito suyo que hasta donde el joven de Miguel tenía entendido se había ido un año a estudiar los idiomas anglosajones a un instituto privado en Nueva Escocia. Lo acompañaba un séquito de monjes carolingios agitando matraces que derramaban cantidades impúdicas de un incienso enrarecido. Desde ese día nadie ha sabido nada del estudiante Esteban de Miguel. Sus padres aun lo siguen buscando. Señores de Miguel, comunidad académica: Ahora haré un abominable pronóstico, estoy seguro de no equivocarme, cuando encuentren el cadáver, sugiero a la policía que busque una extraña marca en su frente. Entre los despeinados cabellos de Esteban de Miguel, estoy seguro se encuentra la solución de un macabro homicidio.
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(Fabio Quinto Seaux. La fábrica de monstruos. Gelatina sobre metal. 4,00 cm. x 2,31 cm.)
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Postcard from Día de los Muertos.
–James Joyce. Ulysses. IX.
Whish you were here… or isn’t that what you usually say in postcards? No, I shall first ask you to forgive my English, I guess it’s gotten worse since you left and you can figure there are no more chances to practice unless my routine chats with the English speaking fantasmas of my past… you know: while I take a shower, or fold the sheets of my bed or smoke a cigarette while fetishly passing the pictures of the ancient dates… anyway, wish you were here, honestly, you would certainly like it. There are puestos all over the centro with lots of calaveritas de dulce de todos los tamaños, chocolate y azúcar, y también venden de esas carton dolls you love and a whole bestiario of máscaras that include hombres lobo, brujas and luchadores… the newspapers are full with riots and political crisis of inconformidad social that we will surely forget within a year or less, porque somos un país de pendejos… people in Oaxaca gets beaten up by the P.F.P. and everybody, en el fondo, really gives a shit about it but right now it’s fashionable in the media, so you can hear the revolución in every café, cantina or fonda while the people is getting ready on making up their altares for their muertos… the sunsets rock, like always: they are bright and golden, even sometimes bloody as they fill the horizonte with the omens of the far away insurrection… actually I’ve just taken you to watch one of those atardeceres from the lobby bar of a hotel and I kissed you for the first time. You?, you are ok, a little confused, a little crazy as ever, overwhelmed by the excess of plastic symbology that this country means to every extranjero, you eat a lot of comida de la calle and get easily ill because of your panza, but you’re windy and make lots of marometas and ride your bici across the centro to call home and remember your personal fantasmas… I also have some fantasmas and I hope you don’t mind because I really like you and I like you with all of your fantasmas… have I told you there are real fantasmas on your house?, they’re harmless but they walk the pasillos and they open puertas and climb your azotea and jump into other dimensions, into imagination, into oblivion. There is a Halloween party tonight at your azotea… I go with all of my friends: el chompiras, la bruja, el diablo, the jew, and I wear a costume of a dandy envenenado that none of those gringos or finlandeses or franceses gets… you’re dressed as a bird and full of "pinta" and stupidly have an exam tomorrow when no one should attend anything ‘cause its Dia de los Muertos… I have a camera and I take pictures en blanco y negro and out of the sudden everything turns into a disfraz party in la Roma full of Mexican estrellas de cine de los años treinta or cuarenta, and I am nervous and celoso because you happen to be the sexy anfitriona in a Charleston vestido y you didn’t want to kiss me… you flirt with everyone y me pongo a pensar que tal vez es momento de largarme; pero llegas tan drunk casi al final de la fiesta y tambaleándote por las stairways de caracol que suben hasta tu azotea que tengo que sostenerte para que no te caigas… tiempo después I will look back to that same moment and understand it was when you were finally mía as you asked me, or I heard you asked me,: "¿no te vas a quedar a dormir conmigo?" The day after you will be so cruda that we will have to walk to the mercado in order to look out for some remedy against the hangover: una rusa con mucho limón y sal y estaremos paseando por parques mudos con nombres de héroes muertos y olvidados y acabaremos, call it your capricho or call it un buen gesto de la providencia, in a cementerio with all that orange light, the one of the atardecer and the one of the cempatzuchitl ofrendas. We will be blinded and surprised… it will be the premonition to many other epocas de sunsets… you will then ask me to promise you something, to write you a postal from that scene en el Día de los Muertos and here I am, waving from far away, from the lost time of the mundo de los muertos. In the night we walked around the pueblo and bought carton dolls and toys, and even a relic of expresidente Carlos Salinas like the evil effigy of the chupacabras… we went back to the cementerio and talked about things we both have forgotten… we danced when some family started to sing corridos at the grave of their difunto, remember how they kicked us out?, they jelled: "¡váyanse de aquí que esto no es pista de baile, hijos de la chingada!"… I guess we were both extranjeros in that world of tough calacas, don’t you think so?
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Halloween en casa del Embajador.
El Embajador de Aruba es gran amigo en la casa neónida desde hace bastante tiempo. Lo habíamos conocido en La Muestra Internacional de Sombreros que se realizaba cada año en El Palacio de Cristal. Asistimos por petición de Kgargaria, ya que en su necia vanidad, decía que necesitaba un sombrero de copa y lame dorado para su guardarropa, de preferencia si había pertenecido a algún personaje de la realeza francesa del siglo XVIII. Ahí fue donde el Embajador daba una pequeña exposición de su amplísima colección de sombreros, que llegaba a alcanzar la exuberante cifra de diez mil. En una incontenible admiración, nos acercamos a hablar con él de la moda bizantina y de cómo era una lastima que la copa Hens hubiera pasado de moda. Al parecer el Embajador se sintió agraciado por nuestros comentarios y nos levantó una cordial invitación a lo que sería una de las fiestas más desenfrenadas y exóticas jamás vistas por los neónidas. La fiesta se iba a llevar a cabo en La Embajada de Aruba en México con motivo de Halloween. En la invitación, que naturalmente era en forma de sombrero de bruja, se aclaraba que el disfraz era riguroso y abierto, que se reservaban el derecho de admisión y que bajo ninguna circunstancia se podía llevar algún accesorio en la cabeza. Los disfraces fueron escogidos con extrema delicadeza: Geratho optó por un bello y rimbombante traje de cortesana medieval hecho por su madre, que de alguna forma extraña enaltecía sus senos dejándolos al descubierto junto con su pecho peludo y delgado. Giusseppe, sin saber que en el transcurso de la noche eso nos traería problemas con radicales independentistas de la etnia Arawak, encontró en el ropero de su abuelo un viejo uniforme de la guardia civil holandesa. Fabio, después de varias noches trabajando, diseñó un complicado traje robótico de araña, el mecanismo funcionaba por medio de palancas que hacían mover sus ocho patas de acero y lo levantaban a tres metros del suelo, el disfraz funcionaba a la perfección hasta que Fabio se percató de que al agua no era nada compatible con las ocho patas mecanizadas y conectadas a un disco duro luminoso que aventaba algodones simulando telarañas. Kgargaria, con ayuda de algunos estudiantes de la facultad, se enfundaría en un elaborado y trasgresor bloque de concreto, la inmovilidad y el peso simulaban el discurso de las grandes corporaciones, por consiguiente no pudo moverse gran parte de la velada y al final tuvimos que robar un taladro eléctrico de una construcción cercana para sacarlo de ahí, el resto de la noche lo pasó completamente desnudo y ebrio. Para mi desgracia, mientras buscaba mi disfraz me bebí media botella de whisky y confundí lo que ya tenía programado con una botarga rosa de conejo, el problema mayor era que la botarga era cinco veces más mi talla y que nunca hubiéramos imaginado el extraño fetiche de la esposa del Embajador de Dinamarca hacia los trajes afelpados y pachones. Al llegar a la fiesta nos recibió un gran hombre de color disfrazado de Trazán, el tipo se había untado de aceite todo el cuerpo y brillaba demasiado, cosa que nos llamó la atención por el hecho de que a pesar de sus casi dos metros de altura, parecía ser bastante noble y dócil. Los jardines de la Embajada estaban repletos de brujas, vampiros, vaqueros, astronautas, calabazas, sin embargo el disfraz de nuestro querido amigo, el Embajador de Aruba, nos sorprendió a todos con su creativa y sorprendente elaboración: un pene. Así era, un enorme pene con sombrero charro. El traje de hule espuma empezaba con un glande muy bien circuncidado y terminaba en el suelo con dos gigantescos testículos de los cuales salían erizados pelos de estambre, del gran tronco salían sus brazos para sostener las bebidas y poder fumar sus puros cubanos, era un pene fantástico y erecto. La fiesta empezó a fluir con parsimonia al ritmo del conjunto de músicos disfrazados de orangutanes, hasta que el alcohol y las drogas fuertes de algunos invitados nos llevaron a hacer el ya característico e impuntual comportamiento neónida. Giusseppe fue expulsado de la fiesta por los radicales independentistas, había ingerido tres fármacos experimentales recetados por un psiquiatra expulsado de la Asociación Nacional de Psiquiatría, al parecer las medicinas habían sido robadas de un laboratorio de pruebas para simios depresivos. En aquél estado Giusseppe empezó a desarrollar un performance conceptual sobre la conquista de Aruba por los holandeses, cuando sin querer cogió un vaso y lo reventó sobre la espalda del enorme Tarzán, éste arremetió contra el neónida hasta sacarlo de la fiesta, ya afuera hubo un extraño acontecimiento relacionado con una invitada disfrazada de prostituta, o eso es lo que creemos. Ahora se encuentra como expulsado político de Aruba y sin poder entrar ninguna de las Antillas Holandesas por su irrespetuosa concepción de las etnias Arawak. Nuestro pequeño Gherato tuvo un percance con la Embajadora de Suecia quien, al confundirlo con una bella mexicana disfrazada de cortesana provocativa, se llevó tremenda sorpresa al descubrir que Geratho no era mas que un andrógino medieval, la embajadora, con su lesbianismo declarado, se aprovecharía de él secuestrándolo por varios días, su trato de eunuco lo llevó a escribir un gran poemario titulado "La nórdica insaciable que mordió mis huesos latinos" (IV Premio Estatal de Poesía Feminista, 1999). El elaborado traje de Fabio sucumbió cuando intentó aplicar un elaborado paso de baile típico de las Antillas y cayó en la fuente iluminada de la Embajada, el robótico disfraz perdió el control de Fabio pisoteando a varios invitados y electrocutando varias veces a la bella cebra dominicana que intentó cortejar en toda la noche –todavía está pagando los gastos médicos –Kgargaria quien, después de que lo liberamos de su bloque, permaneció desnudo y, para su desgracia el Embajador, intentó penetrarlo varias veces con su monstruoso disfraz. En su estado de embriaguez Kgargaria terminó en una extraña habitación de la casa con un terrible dolor de espalda, a la mañana siguiente se escapó y fue detenido por la policía, yo pagué la fianza, todavía algo ebrio, y con la botarga rosada de conejo. Y fue así, queridos niños, como nuestro querido amigo, el Embajador de Aruba, se volvió un gran invitado a las reuniones de la casa neónida, aquella noche en la que regaló cientos de sombreros a los invitados jamás se borrará de nuestros recuerdos. Todavía conservamos los disfraces y yo sigo saliendo a escondidas con la esposa del Embajador de Dinamarca, algunas veces soy Barnie, Mickey Mouse, Winnie Pooh o simplemente voy por ahí con una gran cabeza de león haciendo travesuras por los pasillos de la Embajada.
El Embajador de Aruba es gran amigo en la casa neónida desde hace bastante tiempo. Lo habíamos conocido en La Muestra Internacional de Sombreros que se realizaba cada año en El Palacio de Cristal. Asistimos por petición de Kgargaria, ya que en su necia vanidad, decía que necesitaba un sombrero de copa y lame dorado para su guardarropa, de preferencia si había pertenecido a algún personaje de la realeza francesa del siglo XVIII. Ahí fue donde el Embajador daba una pequeña exposición de su amplísima colección de sombreros, que llegaba a alcanzar la exuberante cifra de diez mil. En una incontenible admiración, nos acercamos a hablar con él de la moda bizantina y de cómo era una lastima que la copa Hens hubiera pasado de moda. Al parecer el Embajador se sintió agraciado por nuestros comentarios y nos levantó una cordial invitación a lo que sería una de las fiestas más desenfrenadas y exóticas jamás vistas por los neónidas. La fiesta se iba a llevar a cabo en La Embajada de Aruba en México con motivo de Halloween. En la invitación, que naturalmente era en forma de sombrero de bruja, se aclaraba que el disfraz era riguroso y abierto, que se reservaban el derecho de admisión y que bajo ninguna circunstancia se podía llevar algún accesorio en la cabeza. Los disfraces fueron escogidos con extrema delicadeza: Geratho optó por un bello y rimbombante traje de cortesana medieval hecho por su madre, que de alguna forma extraña enaltecía sus senos dejándolos al descubierto junto con su pecho peludo y delgado. Giusseppe, sin saber que en el transcurso de la noche eso nos traería problemas con radicales independentistas de la etnia Arawak, encontró en el ropero de su abuelo un viejo uniforme de la guardia civil holandesa. Fabio, después de varias noches trabajando, diseñó un complicado traje robótico de araña, el mecanismo funcionaba por medio de palancas que hacían mover sus ocho patas de acero y lo levantaban a tres metros del suelo, el disfraz funcionaba a la perfección hasta que Fabio se percató de que al agua no era nada compatible con las ocho patas mecanizadas y conectadas a un disco duro luminoso que aventaba algodones simulando telarañas. Kgargaria, con ayuda de algunos estudiantes de la facultad, se enfundaría en un elaborado y trasgresor bloque de concreto, la inmovilidad y el peso simulaban el discurso de las grandes corporaciones, por consiguiente no pudo moverse gran parte de la velada y al final tuvimos que robar un taladro eléctrico de una construcción cercana para sacarlo de ahí, el resto de la noche lo pasó completamente desnudo y ebrio. Para mi desgracia, mientras buscaba mi disfraz me bebí media botella de whisky y confundí lo que ya tenía programado con una botarga rosa de conejo, el problema mayor era que la botarga era cinco veces más mi talla y que nunca hubiéramos imaginado el extraño fetiche de la esposa del Embajador de Dinamarca hacia los trajes afelpados y pachones. Al llegar a la fiesta nos recibió un gran hombre de color disfrazado de Trazán, el tipo se había untado de aceite todo el cuerpo y brillaba demasiado, cosa que nos llamó la atención por el hecho de que a pesar de sus casi dos metros de altura, parecía ser bastante noble y dócil. Los jardines de la Embajada estaban repletos de brujas, vampiros, vaqueros, astronautas, calabazas, sin embargo el disfraz de nuestro querido amigo, el Embajador de Aruba, nos sorprendió a todos con su creativa y sorprendente elaboración: un pene. Así era, un enorme pene con sombrero charro. El traje de hule espuma empezaba con un glande muy bien circuncidado y terminaba en el suelo con dos gigantescos testículos de los cuales salían erizados pelos de estambre, del gran tronco salían sus brazos para sostener las bebidas y poder fumar sus puros cubanos, era un pene fantástico y erecto. La fiesta empezó a fluir con parsimonia al ritmo del conjunto de músicos disfrazados de orangutanes, hasta que el alcohol y las drogas fuertes de algunos invitados nos llevaron a hacer el ya característico e impuntual comportamiento neónida. Giusseppe fue expulsado de la fiesta por los radicales independentistas, había ingerido tres fármacos experimentales recetados por un psiquiatra expulsado de la Asociación Nacional de Psiquiatría, al parecer las medicinas habían sido robadas de un laboratorio de pruebas para simios depresivos. En aquél estado Giusseppe empezó a desarrollar un performance conceptual sobre la conquista de Aruba por los holandeses, cuando sin querer cogió un vaso y lo reventó sobre la espalda del enorme Tarzán, éste arremetió contra el neónida hasta sacarlo de la fiesta, ya afuera hubo un extraño acontecimiento relacionado con una invitada disfrazada de prostituta, o eso es lo que creemos. Ahora se encuentra como expulsado político de Aruba y sin poder entrar ninguna de las Antillas Holandesas por su irrespetuosa concepción de las etnias Arawak. Nuestro pequeño Gherato tuvo un percance con la Embajadora de Suecia quien, al confundirlo con una bella mexicana disfrazada de cortesana provocativa, se llevó tremenda sorpresa al descubrir que Geratho no era mas que un andrógino medieval, la embajadora, con su lesbianismo declarado, se aprovecharía de él secuestrándolo por varios días, su trato de eunuco lo llevó a escribir un gran poemario titulado "La nórdica insaciable que mordió mis huesos latinos" (IV Premio Estatal de Poesía Feminista, 1999). El elaborado traje de Fabio sucumbió cuando intentó aplicar un elaborado paso de baile típico de las Antillas y cayó en la fuente iluminada de la Embajada, el robótico disfraz perdió el control de Fabio pisoteando a varios invitados y electrocutando varias veces a la bella cebra dominicana que intentó cortejar en toda la noche –todavía está pagando los gastos médicos –Kgargaria quien, después de que lo liberamos de su bloque, permaneció desnudo y, para su desgracia el Embajador, intentó penetrarlo varias veces con su monstruoso disfraz. En su estado de embriaguez Kgargaria terminó en una extraña habitación de la casa con un terrible dolor de espalda, a la mañana siguiente se escapó y fue detenido por la policía, yo pagué la fianza, todavía algo ebrio, y con la botarga rosada de conejo. Y fue así, queridos niños, como nuestro querido amigo, el Embajador de Aruba, se volvió un gran invitado a las reuniones de la casa neónida, aquella noche en la que regaló cientos de sombreros a los invitados jamás se borrará de nuestros recuerdos. Todavía conservamos los disfraces y yo sigo saliendo a escondidas con la esposa del Embajador de Dinamarca, algunas veces soy Barnie, Mickey Mouse, Winnie Pooh o simplemente voy por ahí con una gran cabeza de león haciendo travesuras por los pasillos de la Embajada.
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(Fabio Quinto Seaux. WANTED. Gelatina sobre metal. 1,15 cm. x 1,35 cm.)
4 comentarios:
Muaaajajajajaja... Muajjajajaja
Atte Bela Lugosi
Maravilloso!...todo un éxito el Especial Noche de Brujas, felicidades Neónidas. Desde siempre su querido filántropo narcisista que tanto los quiere, W.
De lo mejor en dias, 3 comentarios:
1) Muy
2) Pero muy
3) Adecuado
... ahh y es Fabeo con "e"
"Where there is no imagination there is no Horror." - Arthur Conan Doyle, Sr.
ok trataré en spanglish::
El horror es bueno.. y los neonidas son frescos-fabulosos fantásticos-famosos y optimistamente bailando en las atardeceres chidos estilos queretaro/españoles. ... Mucha adoración y un grande hello desde su fan más grande en el califas..:)-allison
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