jueves, noviembre 13, 2008

la nieve no es un país


No debería, pero extraño aquella ciudad gris: la interminable carretera espiral que limita el extrarradio: de un lado los edificios de la era soviética y las grúas de construcción en sus tejados, del otro el bosque. El piso encharcado de sus calles, el cemento imposible de quitar adherido a las perneras. Todos chapaleando con zapatos Gucci y tacones y paraguas negros, y los vendedores que se aceraban a ofrecer relojes robados. No debería; pero la demolición de sus multifamiliares, para levantar en su lugar multifamiliares diecisiete pisos más altos, me produce una terrible nostalgia. El cableado en maraña extendido sobre las avenidas, desde donde la gente se robaba la luz y viajaba el teléfono e iban colgados los tranvías y los trolebuses. Las carteleras luminosas que pendían fantasmales en la inmensidad de la niebla, los descomunales anuncios de celulares que cancelaban las fachadas de los edificios, las carteleras pornográficas de Gucci y el alfabeto indescifrable en el que hablaban. Los hipermercados del oro, los hombres anuncio, los perros de la calle, la calle Arbat y la Tverskaya, el parque Gorki, el monumento al Soyuz , el Hotel Cosmos y el Metropol y la sensación de imperio en ruinas que flotaba en todas partes. Los cigarrillos Belomorkanal, el techo de cristal en los pasillos del GUM, el cine Sofía, la galería Tretiakovskaya, Brulov, Gorki, Pushkin, la Leninskaya Biblioteka: Dostoievski condenado a vivir como una estatua y a ser cagoteado por las palomas.
Y otra vez los cables, las grúas y todos con zapatos de lujo. No debería, pero la elegancia decadente de su metro, los vagones de los años 50, las poltronas de cuero y los candelabros, las mujeres pálidas y sus labios de botón de rosa, y sus minifaldas y sus medias de encaje y sus botas Gucci. No, no debería pero la extraño: ese olor a madera y a sudor, los vestíbulos miserables de los edificios departamentales, los departamentos minúsculos, el río enorme y sus trenes viejos. ¿He hablado ya de las mujeres? No, no debería. No debería y sin embargo me arroba una tristeza grande, monumental como los polvos de su gloria, como su memoria, como su cartografía.

3 comentarios:

K dijo...

Normalmente no leo este blog, pero hoy me dio por hacerlo y definitivamente hice bien.

No debería, pero solo notaré, sabiendo que probablemente arruine este comentario y en parte la entrada misma, que existen algunos pequeños errores en los nombres mencionados, los cuales, dando rienda suelta a mi sangre eslava, me permito mostarle:
Arbat, Soyuz es unión, asi que probablemente sea el monumento a la URSS, Belomorkanal, Tretiakovskaya, Leninskaya Biblioteka.
Gracias por darme este gran momento espiritualmente placentero de nostálgia (¿o nostalgía?).

Saludos.

Anónimo dijo...

Este texto logró que me sintiera húmeda, mis zapatos gotearon y el humo del cigarro se congeló para convertirse en los edificios que sentí recorrer.

maría dijo...

"No debería, pero extraño aquella ciudad gris..."

fue probablemente, la línea que más rápido me ha remotado a otra escena.

qué pero quéee buen blog.