Hace ya seis días que comenzaron las remodelaciones en la casa Neónida. Después de casi tres años de desayunos y tentativas de aquelarres frustrados por la junta de vecinos, la casa Neónida emprende este magno proyecto. Bajo el mando del estrafalario arquitecto Vega Fricke, un equipo piloto de obreros broncíneos comenzó los trabajos el pasado Lunes. Previa consulta con el escuadrón Neónida, Vega Fricke tiene en mente un complejo diseño de habitaciones subterráneas. A cada miembro se le ha concedido un capricho: Kgargaria insistió en un salón con termas diseñadas al puro estilo Atenas, el frágil Gherato quiere muros color pastel y un espejo de tres lunas incrustado en el muro de su habitación, Warpola pidió un trono de cantera con un canalito simpático para que corra la sangre de sus sacrificios, Fabio Quinto Seaux fue puntilloso con un circuito Feringer de aire acondicionado y Giusseppe Rhex solicitó patitos de hule para la bañera, capricho que Vega Fricke interpretó como una extraña perversión fetichista. A casi una semana de labores, el refugio Neónida continúa siendo el mismo antro de antaño. Warpola y Giusseppe han decidido beber todo el licor que restaba en la alacena con el equipo de obreros, Gherato se revuelca gracioso y desnudo en la pintura fresca, Fabio lame con pasión los nuevos bulbos para su máquina de pinball y Kgargaria durmió a Vega Fricke para experimentar en su nuevo proyecto Cyborg. Si no ha habido muchos cambios en la estructura de la casa, si se respiran nuevos aires, hay nuevos amigos y un cambio en la rutina, además de la posibilidad de fantasear sobre una futura y brutal “fiesta de bienvenida”. El jueves en el desayuno, Kgargaria sugirió irrumpir en el obispado para robar una gran cruz que –se rumora- cuelga sobre el lecho del obispo y esta valuada en miles de pesos. Su idea es vender el monstruoso crucifijo y hacer un viaje mientras duran las remodelaciones. Gherato esta muy sensible al respecto, sus baños de pintura lo tienen muy estimulado y ha estrechado vínculos con uno de los obreros, Warpola y Giusseppe –apreciablemente intoxicados- se emocionaron hasta el vómito con la idea del viaje y Fabio asintió en silencio mientras vertía yogurt sobre su plato de frutas. Así las cosas en la casa Neónida, por ahora, todos duermen a excepción del arquitecto Vega Fricke, quien ha despertado con una aleación de titaneo en la mandíbula. En su retorcida mente creacionista, esta pensando en darle un giro radical al proyecto de la casa Neónida.

Foto: equipo de obreros en la casa Neónida, en plena construcción del futuro salón de fiestas "Komandrovia". Afiebrados después de una lectura de Kgargaria (ensombrecido arriba a la derecha) sobre el manifiesto comunista.
1 comentarios:
wow!*
felicitaciones "estilo-isticas"
suena como un proyecto ciertamente desafiante semi extremoide.
espero oír sobre la reinauguración para enviarles una cesta con un gusto políticamente exquisito repleto de exóticos "coteles" con dosis extras de luna menguante y siniestra
ah!* y espero el remojo también...
ciao-ciao!
muac!!**
muah**!!
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