
Para Giussepe.
Aun no entiendo cómo a nuestros antepasados
se les ocurrío la estúpida idea
de costruir sus principales ciudades
New York, Tokio, Buenos Aires) junto al agua.
Paulo Batro Volarí (2159 -2243)
de costruir sus principales ciudades
New York, Tokio, Buenos Aires) junto al agua.
Paulo Batro Volarí (2159 -2243)
En su oficina tenía un cápsula que mostraba en sus interiores una miniatura de una ciudad invadida por un extrañísimo abra de harina de huesos. La cápsula era una esfera de nieve que conmemoraba el año nuevo chino en Cleveland, en su base de acrílico anunciaba con soberbia el establecimiento Cleveland Seahorse Gallery, también se aununciaba la fecha: 2159 . Aquella miniatura de metrópoli en silicio se tenía inundada por un rarísimo líquido amiótico además de los inumerables copos de unicel que reposaban en el fondo gasificado. Cuando se agitaba aquél modelo geodésico se obtenía el fantástico efecto óptico de tormenta de nieve sobre aquella tristísima dúplica de Cleveland 2159. Eso antes de su verdadera inhundación, la de las verdaderas tormentas, la de la era postglaciar. Ciudades - placenta apunto de la más terrible tormenta de nieve blanca . Patrick Von Beheler no pudo pensar en otra cosa estando en Roma ciento cincuenta metros bajo en agua. Roma a pesar de la ruina hidraúlica sostenía con soberbia sensacionalista un grupo de cadáveres de paloma como nubes a disposición de la inquietud de las aguas. Como su miniatura de Cleveland, Roma 150 metros bajo el agua le parecía más bien un palomar fantasma. Fúnebre palomar de cuerpecitos sostenidos por una melodía que superaba la densidad acuática. Palomas de unicel, Roma 150 metros debajo del agua, Cleveland 2159. Pero ahí se tenían Patrick Von Beheler y su grupo de saqueadores submarinos. Débido al trepidismo acuático que implicaba la extraña profesión de Beheler había perdido un par de relojes debido a la sordida presión hidráulica, tal vez por eso, tal vez le soprendía de sobremanera ver su reflejo en el espejo de la antigua habitación de Leon XVIII. El grado del Water Resistant de una ciudad despues de las inhundaciones. Definitivamente tuvo que haber alguna relación entre la NASA y los decoradores de interiores vaticanos. Ahí estaba Patrick Von Beheler, novisimo Sinbad marino, cresta de flamas, uniforme de latex, googles de la era del ultravacío, casco de magnolia eólica, patas de rana de Adiddas Internacional. Lo de saquear las ruinas inhundadas de ciudad Vaticano había sido una idea fabulosa. Sí Alibaba hubiera sido principe de los bosques de algas marinas y sus cuarenta ladrones hubieran sido peces espada, sus cavernas tendrían más o menos los mismos tesoros. El botín en la habitación de León XVIII fue extraordinario, pero entre las múltiples pertencias robadas, Patrick Von Beheler decidío conservar para su propio uso, un cruxifijo que fungía como una daga de plata de alto peligro. Beheler salió de la habitación hasta descender a la Capilla Sixtina , la gracia de las patas de rana hacían de sus movimientos los del fantasma algún antiguo Papa. En la Capilla Sixtina lo esperaban los demás miembros de la tropa de ladrones marinos. Por principios hidráulicos los cuerpos que pesan menos que el agua tieden a flotar, tal condición física tenía a varios guardas suizos reunidos en lo más alto de la bóveda, los guardas formaban parte de los santisimos frescos renacentistas, lugar, donde junto al arcangel San Rafael, parecían lechosos protagonistas de la obra maestra del pintor renacentista Miguelangel. Los guardas suizos utilizaban rarisima pijamas bicolor, los que aun conservaban su armadura reposaban en el pórtico de la Iglesia, el peso del hierro apretaba para siempre sus fabulosas anatomías contra el suelo. El espectaculo en la Capilla Sixtina era muy siniestro, la cúpula se había vuelto una pajarera de medusas reina, agitando sus umbrelas con inquieta serenidad, un grupo de paraguas luminosos, lámparas flotantes de gracil consistencia. Guardaban su botín en un confesionario de maderos en ruina, venderian las piezas a anticuarios euroasiáticos. Tan pronto Patrick Von Beheler se asomó por la ventana, vio a la policía submarina acercarse con escandolosa turbulencia por la espina dorsal de las dunas marinas. Nos persiguen les gritó con furia a sus compañeros. La policia submarina se instaló en la arenosa plaza de San Pedro, rodearon la catedral, encontraron la sintonía de los equipos de comunicación de los saqueadores y ordenaron en casi cinco idiomas la rendición inmediata de Beheler y sus ladrones. Patrick Von Beheler, con ayuda de Ishiguro Carpio, su contramaestre asiático, tomó un arpón y lo disparó con dirección a la plaza, el inmenso dardo del arpón retráctil retornó con la pierna de un miembro de la policía. Estaban en serios problemas. Pronto se abrió fuego, los proyectiles tenían la consistencia de estambre de burbuja. Cuando la policia comenzó a utilizar su armamento de alta expansión, se vieron perdidos. Abandonando su botín nadaron con apuro a la escotilla del submarino Baltimore 4. Así comenzó su fuga. La persecución fue de alta velocidad, y aunque las turbinas del Baltimore 4 apenas superaban las de los endemoniados submarinos de la policía, el grupo insurgente se mantenía a una distancia considerable. En Roma hundida, plaza de San Pedro, eran tres en contra de uno. Uno de los misiles empujó a Beheler y al Baltimore 4 en contra de las puertas del jubileo. No debieron utilizar la artillería pesada, el calibre de los misiles de la policía permitía al minúsculo Baltimore 4 evadir las balas con una gracia casi olímpica, estando casi perdidos Beheler decidío salir a la superficie, donde un buque - prisión, los señalaba con sus hórridos índices de cañón...
Continuará...
Continuará...
2 comentarios:
Por andar adivinando antes de tiempo me equivoque, cual es la relacion de los tres capitulos? el futuro nos lo dira...
grande Greñas! espero el siguiente.
Publicar un comentario