martes, junio 26, 2007

Una Historia Simple

En la secundaria, no hubo peor apodo que el de Rafael Godinez, primero fue el derivado simplon; "Gordines", granjeado por su precoz obesidad y por su aficion a los pastelitos de marinela. Fue ese apodo el que fue preparando el terreno, el que le permitiria soportar la inclemencia de su titulo definitivo. "El Valero", seudonimo adquirido por la singularidad de una tragedia. La caida vertical desde la copa de un nogal y el aterrizaje cular y preciso sobre el vertice de un rehilete. (No era prudente -con el peso de ese gordinflon- andarse meciendo en las endebles ramas de un nogal) El chico se destrozo el esfinter, se arruino la cadera, quedando su infancia marcada por aquel fortuito resbalon. El accidente cobro fama en la ciudad, era la anecdota que encendia los animos en la sobremesa, la leyenda que las madres utilizaban para evitar que sus hijos se treparan a los arboles, etc. Fue a su vez, un apodo que lo envolvio en churriguerescas explicaciones al tiempo de clarificarle a su suegro, los motivos de tan folklorico sobrenombre. - Me dicen asi por travieso! - exclama el ingenuo "valero" mientras corta un rollito de jamon. La familia de su novia -una damisela con infulas de duquesa Birmana- lo miran con extranieza y desaprobacion, no juzgan al hinchado "valero" como un partido que este a la altura de su princesa. Imaginan -en sus retorcidas mentes aristocratas - todo un drama transexual y derroches escandalosos de esperma. No le duro mucho aquella novia. Alguna vez -en un recreo nublado lo recuerdo bien- me conto como los medicos se habian reido al conocer los motivos de su desgarre. Era un tipo con el rostro de la lastima. Anios (no anos, anios) mas tarde se largo a otra ciudad y conocio a una chica con tenido rubio, no se... Yo era "Filomeno", ese fue por culpa de mi madre, quien se pavoneaba diciendo que me habia engendrado al filo de la menopausia, los chicos de mi clase nunca le dieron importancia, supongo que asi sucede de cuando en cuando.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

de simple no tiene nada. Sutil manejo de la nostalgia... me agrada... GRACIAS