De entre la curiosa fauna de ravers, punkies y otras variedades híbridas de sub-grupos urbanos, surge nuestro bien amado Chochos. "El Chochos", único nombre ante el cual da signos de vida pensante, ha sido su pseudónimo desde tiempos inmemoriales. Su padre, homeópata por afición, se enorgucelle todavía y a pesar de los evidentes daños, por haber experimentado el poder de ciertas sustancias en el cerebro de su hijo. En el tierno púber ya a los doce era clara su inclinación por el diazepam y los barbitúricos. Sus malas amistades adolescentes -fascinerosos convenencieros interesados en la despensa química de su padre- lo arrastraron al consumo maniático de todo género de sustancias. "El Virulas", amigo suyo desde la infancia y compañero inseparable en su carrera desquiciada por los psicotrópicos, nos comenta en una fiesta: -¡Este güey es chido, es el Chochos, órale Chocos saluda, no seas tímido... Es chido el Chochos, nuestras jefas nos bañaban juntos!- dice animado. Su intoxicado camarada, con los ojos desorbitados y la sonrisa indecisa entre el estupor y la dicha, se introduce: -¡Chido, chido...chido!- suponemos que es la única palabra que articula, en sus momentos de lucidéz suelta con desenfado un melódico -¡Chaaale!- Otro perdulario lo toma por los hombros y se lo llevan hacia otro rincón del vicio. Toxicómano con extenso kilometraje, no ha perdido esa gracia genuina de sus años mozos. Todavía se le dilatan las pupilas cuando un disoluto muchachillo se acerca ofreciéndole un toque. El Chochos es una leyenda en el anuario de anti-héroes adolescentes, ejemplo vivo de desenfreno y displiscencia, prototipo babeante de convicción. Se lo encuentra rolando en toquines, raves y bodegas, -¡Acá, en lugares acá bien chidos!- nos aclara Virulas, quien además comenta que todavía recuerda el pijama de carritos que usaba en aquél entonces el Chochos. Hay una nostalgia terrible en todo esto, es conmovedor ver al Chochos -hasta su reputísima madre- intentando bajarse la bragueta. -¡Órale pinche Chochos, no sea tímido mi Chochos, ya sácate el toque pinche Chochos...!- esa ha sido la cantinela chocarrera que viene oyendo desde sus trece, pero él, aferrado a su vocación farmacológica y con su amabilidad de siempre nos responde: -¡Sss... Chido, chido...chido!-
miércoles, junio 13, 2007
¡Órale pinche Chochos!
Imagen: Las playeras con la caricatura del Chochos que ya venden en Komandrovia.
Publicadas por Neónidas: a la/s 12:31 p.m.
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