jueves, mayo 03, 2007

Fragmentos del cuarto camino


La acción sucede dentro de un bar viejo y lleno de áfiches que muestran a excitados músicos de jazz. Se puede ver sentado al centro del escenario a Iñigo Escarlata. Está solo y pensativo. Lleva pantalones entubados y vans rosas, su camiseta muestra la imágen distorsionada de Thom Yorke. Al fondo se escucha la voz bostezada de Nico cantando "These Days". Se mueve de la silla constantemente y de vez en cuando admira hiponotizado su vaso vacío. Observa su reloj de pulsera y saca trabajosamente un cigarrillo. Justo antes de encenderlo escucha pasos en la puerta que se encuentra al lado derecho del escenario y se levanta apresurado. Es Raffaella Caraluna. Su flequillo está alisado y conjunta a la perfección con su blusa de Blondie en blanco y negro, lleva un libro demasiado grueso bajo el brazo y su falda llega a las rodillas dejando ver unos viejos converse de bota. El atrezzo es un viejo radio en la barra, un extra indistinguible detrás de ella y al centro los protagonistas de la obra.

IÑIGO ESCARLATA (Tambaleándose un poco): Los retrasos carecen de argumentación.
RAFFAELLA CARALUNA (Dejando el libro en la mesa): Y la impaciencia genera endorfinas, al igual que la risa.
IÑIGO ESCARLATA: Estás hermosa, me recuerdas a Juliette Lewis en Natural Born Killers. (Le da dos besos y un abrazo un poco forzado)
RAFFAELLA CARALUNA: Tú luces fatal, pareces todo menos Mickey Knox.
IÑIGO ESCARLATA (Esbozando una ligera mueca, parece avergonzado): ¿Tienes mechero? o es qué ya no fumas desde que lees a St. Germain y a Gurdjieff.
RAFFAELLA CARALUNA (Mirando el libro sobre la mesa y un poco más hermosa que antes): Pues no, ya no fumo. Y eso me recuerda de alguna manera lo débil que eres para dejar las cosas a las que te aferras.
IÑIGO ESCARLATA: En eso estás equivocada Raffaella (Saca unas cerillas de su bolsillo y enciende el cigarrillo arrojando el humo sobre la cara intacta de la chica) No me costó tanto quemar tus pelis de Bergman y esos libros viejos de Kennedy Toole. En realidad fue un disfrute fantástico.
RAFFAELLA CARALUNA: Para qué me citaste Iñigo. Sabes que he perdido una conferencia del cuarto camino por venir aquí. Dime de una sola vez para poder terminar con esto.
IÑIGO ESCARLATA: Muy bien (Nico se ha callado) Raffaella (Suspira horriblemente) Escucha yo...(Fuma torpe) Bueno en realidad..es que no sé cómo decirlo, me siento en un guión de Kauffman, en fin yo...
RAFFAELLA CARALUNA (Sin dejarlo terminar y cruzando la pierna, se asoma una rodilla lisa y brillante): ¿Sabes? No has cambiado nada en siete meses, no me extrañaría ahora una frase de Perec o Bolaño. Eres tan predecible y desagradable Iñigo.
IÑIGO ESCARLATA: !Déjame terminar! Es importante. (Ahora tiembla un poco y ha apagado el cigarrillo) Raffaella, todavía te amo y voy a matarte.
(Se genera un silencio espectante e incómodo. Se vuelve a distinguir la voz de Nico bostezando)
RAFFAELLA CARALUNA: Si vas matarme en realidad...no me lo dirías. Creo que mejor me voy. Julián Costabrava me espera. (Se pone de pie y él la sujeta del brazo)
IÑIGO ESCARLATA: Lo digo de verdad. Pienso asesinarte como en un cuento de Roald Dhal, y después sonreír agraciado y triunfante por tu muerte.
RAFFAELLA CARALUNA: ¡Idiota! ¡Eres tan cobarde y repugnante! Ni siquiera tienes los cojones para matarme. Ahora sueltame que sino llamo a la policía para que te metan al psiquíatrico de una sola vez ¡Enfermo! Cómo no puedes entenderlo ¡Ya no te amo! Ahora amo a Julián Costabrava. (Esto último lo dice con enfasis y deletreo)
IÑIGO ESCARLATA: ¡Pero sino es mas que un pijo de mierda pretencioso! Por dios Raffaella, escucha, le gustan las pelis de la India, leer a Balzac y...¡Escucha emo! No puedes estar con alguien así. Tú. Raffaella, mira...¡Entonces voy a matarme yo!
RAFFAELLA CARALUNA: Sí, deberías matarte. Y además ¡No conoces a Julián! Mejor me voy, ya no te soporto. Eres pésimo amante y un horrible escritor, esos vans te quedan asquerosos ¡Pareces maricón! Nunca te matarías, jamás lo harías ¡Imbécil!
(Raffaella se mueve agresivamente y contempla por un momento a Iñigo. Con desprecio)
IÑIGO ESCARLATA: ¡Ahora! (Las lágrimas son evidentes en sus ojos de furia. Se pone de pie y vuele a gritar colerizado) ¡AHORA!
RAFFAELLA CARALUNA: ¡Estás loco! (Sale rapidamente del lugar mientras la falda hace un ligero baile)
(Iñigo se queda de pie respirando con dificultad. Llora. Nico empieza de nuevo "These Days". Se sienta en la silla agitado y se percata del libro sobre la mesa que ha olvidado Raffaella)
IÑIGO ESCARLATA (A sí mismo): Gurdjieff (Ahora en voz alta) Gurdjieff, "Todo y todas las cosas" (Avienta un ligero lloriqueo. Coje el libro y se lo pone sobre la cabeza como si fuera un sombrero elegante. Vuelve a llorar desesperado y avienta un grito degarrador. ¡PUTA!)


TELÓN

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraordinario. El ideario, las tentaciones de la referencia, la suspensión de los principios, la conjunción de los males. Me recuerda a Valle Inclan; Y la cita, y la cita, y la cita en la cita de amor.Una historia de amor en la hyperglobalia. Magister. Hoy soñe con usted, queria presentarle a Michelle, y yo le decía a Kgargaria, !Ey, Michelle tiene que conocer al Magister!, ¿Crees qué esté en la ciudad?. Kgargaria con suficiencia kantiana me decía: pues hace mucho no viene yo supongo que debe de estar aquí. Dos besos, le ansio. Grandisimo texto.

Anónimo dijo...

giussepe a Valle Inclán? tas loko!.

Chale don hori... era necesario?

Anónimo dijo...

Esto es bastante absurdo en realidad, me hizo reír bastante, creo que podría presentarse junto a otros entremeses en algún bar indie, aunque quizás me hubiera gustado que acabara más absurdo, por ejemplo que la chica lo hubiera matado, o que en efecto él hubiera matado a la chica, en fin, me gustó.... creo que me está saliendo un mezquino en la mano, por cierto. Tres besos.