lunes, abril 09, 2007

Venezuela Tuya



Cuando nos enterámos que teníamos que ir a Venezuela, nos invadió una prematura emoción. Habíamos recibido una carta de la Secretaria de Relaciones Exteriores. Dicho documento llegó a la casa neónida en la primavera del 2000, Elio Tomasso todavía vivía y recién estrenábamos la "Fontana Candida" que en un despliegue de vanidad renancentista, Kgargaria mandó pedir de Florencia. El sobre permaneció en el buzón por varios días hasta que fue descubierto por Giusseppe en una madrugada que llegó con un tremendo colocón de MDMA y un par de prostitutas rumanas, a la mañana siguiente (todavía con las prostitutas) nos dió la noticia y nos apresurámos a abrir la carta. Al parecer, gracias a nuestras múltiples y elaboradas críticas contra el gobierno mexicano, el mismísmo presidente Hugo Chávez, nos extendía una cordial invitación a una noche de gala en el Palacio de Gobierno de Caracas, con motivo de la primer publicación neónida-bolivariana en Venezuela. En realidad compartíamos mucho de su discurso, pero ninguno de los cuatro sentía empatía con su postura. El hecho de su oligarquía y lucha contra la pobreza y corrupción era lo que nos motivaba. El más entusiasmado era Gëratho, al parecer guardaba una nostalgia y un amor en aquella cuidad, todavía no sé si era hombre o mujer, pero con la brillantéz que levataron sus ojos, puedo asegurar que era un chico esbelto y de bigote delgado. Así fue como un mes y medio después tomaríamos el vuelo directo Ciudad de México-Caracas, nadie nos despidió en el aeropuerto, Giusseppe vomitó seis veces a causa de las fuertes dosis de diazapam autorecetadas, Kgargaria leía a Chomsky mientras intentaba tocar a una bella peruana contigua a su asiento, Gëratho suspiraba a cada nube por la ventilla mientras sujetaba una caja de regalo y yo me dispuse a terminar con la barra libre del avión.
En el Aeropuerto Internacional Maiquetia "Simón Bolívar" nos recibió un chófer muy bien afeitado con un hoja de papel arrugada que decía "Meonidas" Pasámos por alto el fallo y nos subímos a una van que nos llevaría a nuestro hotel, la fiesta era esa misma noche. Apartir de ahí, los sucesos fueron como una estela de malas fortunas. Llegando al Hotel Palace "Simón Bolívar" nuestras reservaciones no estaban registradas, nos dieron una sola habitación para los cuatro, dos camas individuales, televisor dos canales y ducha sin bidé, que de lo último Kgargaria se quejaría al cielo por una vieja promesa de no volver a usar papel higiénico. Nuestra cita era las 8:00pm en el Salón "Simón Bolívar" del Palacio de Gobierno. Era de esperar que a las 9:00pm, Giusseppe inconciente y con ligero líquido blanco que salía de su boca (del cual ya estábamos acostumbrados) no asistiría a la gran cena-baile. Gëratho según llegamos, hizo un par de llamadas, salió del hotel despidiéndose sonriente y perfumado, no sabíamos que no lo veríamos sino cuatro meses después, y que Kgargaria tendría que ir por él a Nicaragua para negociar con los soldados su libertad de poeta en segunda generación. Al final quedabámos yo y Kgargaria para asistir a la gran presentación de la publicación neónida-bolivariana. Lamentablemente por el camino al Palacio, un par de chicas me reconocieron por una vieja historia de un reality show en sudamérica, historia que omitiré por el momento; eran dos bellas venezolanas de 17 años, escotadas y con una gran botella de ron. Mi poca voluntad me arrastró con ellas a una noche de locura, robos, cárcel, sexo en grupo y tatuajes, nunca olvidaré aquella noche en el gran Salón Baile y Sabor "Simón Bolívar". Kgargaria asistió solo con su libro de Chomsky a conocer a Hugo Chávez, dio un pequeño discurso anti-neoliberalista, insultó las formas occídentales y tocó por debajo de la mesa a la ahora antigua mujer de Chávez, la historiadora Herma Marksman. El presidente de la nación al preguntar por nuestra ausencia, enfocó sus ojos en el libro de Chomsky que Kgargaria no había soltado en todo el viaje. En un despliegue de bondad, Kgargaria le ofreció de regalo el libro mientras se disculpaba por nuestra mala educación y poca gratitud hacia el gobierno bolivariano. Al día siguiente, Giusseppe fue subido al avión todavía inconciente, yo necesitaba un trago para la résaca y Kgargaria buscaba a Gëratho preguntándose por qué diablos en su lugar de asiento venía una de las venezolanas con las que me había ido de fiesta una noche antes. El avión despegó con su estruedo normal en las aerolíneas Jet "Simón Bolívar" y regresámos a México, yo con mi nueva novia que me dejaría un par de meses después por un profesor de danza contemporánea, Giusseppe con una nueva intención de terminar su novela metanarrativa y experimental, "Medicados y peligrosos" y Kgaragaria sintiendo una extraña nostalgia por su libro de Chomsky.


El libro de Noam Chomsky "Hegemonía o supervivencia: la búsqueda estadounidense del dominio global" fue recomendado por el presidente de Venezuela Hugo Chávez en su discurso frente a la asamblea general de la ONU el día 20 de septiembre de 2006, lo que ocasionó que dicho libro en aproximadamente dos días pasara del puesto 160.772 al número uno de los libros más vendidos en Amazon [1].

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro, todos al final se van con alguna chica, o chico, o bien se pierden en la delicia de su inconciencia; pero Kgargaria es el que al final se tiene que quedar con los políticos, ¡a salvarles el culo, bastardos! en fin, ¿qué se le va a hacer? Qué texto tan divertido, es interesante recordar que en Venezuela todo se llama "Simón Bolivar"... aburrido ese Hugo Chávez, regresista, y su esposa tenía algo de demasiada celulitis.