Su curiosa galantería y afortunada imitación de los modales británicos y no otro motivo me tenían como dama de compañía en el oficio anfibológico del doctor Luis Ballesteros; teníamos ya cuatro días en Kashkar, nos quedábamos en la nave abandonada de una abadía (Spa – Monasterio). Mí querido - gentleman sardo – como se refería Ballesteros a sí mismo, resolvía con paciencia una discusión bizantina; La imposibilidad plumífera en la formulación de las carnes dromedarias. ¿Los arcángeles en vehículo equino? , ¿Los arcángeles, aventureros de joroba? ¿Camellos emplumados?
¡Boquirrubia mía si vieras! – Me decía colérico- Esos Moluscos fusiformes, monjes necios, no es permitido el entendimiento en sus intelectos de roca, fundar una teología entorno a la idea de un camello volador !Que insanía querida! Se lamentaba Ballesteros con la fúrica suficiencia kantiana de su persona en cólera. Era nuestra última tarde en Kashkar, el doctor Ballesteros estaba de un pésimo humor, para desviar sus ánimos, yo le mostraba un dije de huérfano de cisne en marfil y ópalo, figurina adquirida con una caravana de Monterrenos (salteadores negroides del desierto), cuando se anunció en TV-K: la nueva dirección de una titánica y considerable ola de contingencia ambiental a nuestra localidad; la terrible masa multiforme venía de Komandrovia.
¡Boquirrubia mía si vieras! – Me decía colérico- Esos Moluscos fusiformes, monjes necios, no es permitido el entendimiento en sus intelectos de roca, fundar una teología entorno a la idea de un camello volador !Que insanía querida! Se lamentaba Ballesteros con la fúrica suficiencia kantiana de su persona en cólera. Era nuestra última tarde en Kashkar, el doctor Ballesteros estaba de un pésimo humor, para desviar sus ánimos, yo le mostraba un dije de huérfano de cisne en marfil y ópalo, figurina adquirida con una caravana de Monterrenos (salteadores negroides del desierto), cuando se anunció en TV-K: la nueva dirección de una titánica y considerable ola de contingencia ambiental a nuestra localidad; la terrible masa multiforme venía de Komandrovia.
Hoy vas a conocer la noche, me dijo Luís y me pidió que lo esperara en la habitación.
Mientras esperaba al doctor, hubo una sería interrupción eléctrica. No hubo luz artificial alguna. Ballesteros a su regreso llevaba consigo dos copas argénteas, las había robado de un museo británico. Ladrón que roba a ladrón, me decía con cinismo cada que bebíamos en las antiquísimas joyas; al parecer le ponía de buen humor lo de la contingencia. En las copas, ambas de grato fulgor platino y vanidad helena, bebimos Imperio Amicis en poco piadosas cantidades. Fabuloso tinto provenzal del siglo XVI, robado a un Magister de Clerecía.- Ladrón que roba a Ladrón, querida. La botella pertenecía a la cava del monje que le venció en el estrado. – Ballesteros, sin ánimos de ofensa, permítame decirle que solamente ha complicado nuestro pensamiento – le había dicho ese imbécil. Ambos llevábamos máscara antigás. Le pregunté a donde había ido, me explicó como había arruinado las instalaciones eléctricas del monasterio. Me pidió que lo acompañara a la veranda.
Se hizo de noche. Luego llegó la abominable contingencia ambiental y se hizo de noche otra vez. La oscuridad fue superior en densidad a la de la cámara mortuoria, a la del vagón de soldados. No veía a Luis, no me veía a mí misma. Y es que nos habíamos desaparecido.
Mientras esperaba al doctor, hubo una sería interrupción eléctrica. No hubo luz artificial alguna. Ballesteros a su regreso llevaba consigo dos copas argénteas, las había robado de un museo británico. Ladrón que roba a ladrón, me decía con cinismo cada que bebíamos en las antiquísimas joyas; al parecer le ponía de buen humor lo de la contingencia. En las copas, ambas de grato fulgor platino y vanidad helena, bebimos Imperio Amicis en poco piadosas cantidades. Fabuloso tinto provenzal del siglo XVI, robado a un Magister de Clerecía.- Ladrón que roba a Ladrón, querida. La botella pertenecía a la cava del monje que le venció en el estrado. – Ballesteros, sin ánimos de ofensa, permítame decirle que solamente ha complicado nuestro pensamiento – le había dicho ese imbécil. Ambos llevábamos máscara antigás. Le pregunté a donde había ido, me explicó como había arruinado las instalaciones eléctricas del monasterio. Me pidió que lo acompañara a la veranda.
Se hizo de noche. Luego llegó la abominable contingencia ambiental y se hizo de noche otra vez. La oscuridad fue superior en densidad a la de la cámara mortuoria, a la del vagón de soldados. No veía a Luis, no me veía a mí misma. Y es que nos habíamos desaparecido.
Luego Ballesteros me dijo con solemnidad:
.-Has oído hablar de la gigantomaquia, Hermes sigue los mismos principios. Maya y Zeus concibieron con ominosa fuerza irracional a Hermes (Crióforo) en plena noche; su sexo fue de noche, por que de noche dormían los hombres y los dioses. Cuando Zeus follaba tomaba la forma de la bestia, de todas las bestias; aquella vez cual feroz jinete tomo el trono de carne y claveles con botón de ombligo de la formación de Maya, mujer de nube y tetas de espuma negra. Zeus y Maya se escondían de hombres y dioses; fue así como tuvieron a Hermes: falso heredero, bandido nocturno. Como Hermes escondida para algunos entre América y Europa.
Aunque parezca imposible a lo largo de la noche se hizo de noche tres veces más. El plexo cósmico se acercaba como mirlo gigante de cuatro capas negras en pluma de acero, batiendo sus inmensas alas de tierra.
.-Has oído hablar de la gigantomaquia, Hermes sigue los mismos principios. Maya y Zeus concibieron con ominosa fuerza irracional a Hermes (Crióforo) en plena noche; su sexo fue de noche, por que de noche dormían los hombres y los dioses. Cuando Zeus follaba tomaba la forma de la bestia, de todas las bestias; aquella vez cual feroz jinete tomo el trono de carne y claveles con botón de ombligo de la formación de Maya, mujer de nube y tetas de espuma negra. Zeus y Maya se escondían de hombres y dioses; fue así como tuvieron a Hermes: falso heredero, bandido nocturno. Como Hermes escondida para algunos entre América y Europa.
Aunque parezca imposible a lo largo de la noche se hizo de noche tres veces más. El plexo cósmico se acercaba como mirlo gigante de cuatro capas negras en pluma de acero, batiendo sus inmensas alas de tierra.
.- Hermes se está escondiendo- murmuraba Ballesteros.
Esa(s) noche(s) vimos nuestro primer dromedario con alas de plomo negro.
Foto: Carl Weinber, Incontinkenti Ambent, 1976.
Esa(s) noche(s) vimos nuestro primer dromedario con alas de plomo negro.
Foto: Carl Weinber, Incontinkenti Ambent, 1976.
2 comentarios:
Esto es demasiado hermoso. Es el tiempo mismo, la música en violencia pura, el saber de los colores. Eres muy grande muchacho, espero no te adelantes a esa época y sigas con la belleza en las manos de títere que tienes. Cuidado con las revelaciones, a veces no sabemos qué hacer con ellas. Y sobre todo, mantente firme y en línea ya que tu pensamiento voráz y retórico será el infortunio de muchas almas. Un abrazote!!
Ahhhhhhh!!!! Gheratö Meö, que bellísima y sutil comprnesión de los monasterios de Kaschkahr, luce bellísimo la gran masa informe de la noche en la que se pierden sueños, caricias y discusiones bizantinas. No queda más frente a lo contingencia ambiental, pero, ojo, tampoco menos. Felicidades mi querido andeonimnbvano, diste en el centro de la diana, ahora entiendes porqué te dijeron que eras un arquero?
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