Historias de carretera

Felichimo Cumpleañio Kgargaria

Una cosa que uno no puede olvidar cuando viaja por el desierto del Krôtnyá, son los camiones que atraviesan sus carreteras interminables: los "Hëlmutt Kärterr". De diseño Santo Victoriano (producidos en los kilométricos solares de la Industria en el Cártago Inferior en el distrito H de ciudad Hermes), los Hëlmutt Kärterr representan la punta de lanza en transportes de carga pesada. De hasta 36 neumáticos de caucho impenetrable, han provocado la modificación de diversos estatutos de la secretaría hermeña (ciudad Hermes) "Cheminö et Transporta". Los autos de peso menor a las 3 toneladas deben rebasar con dos carriles de distancia en base al eje del Kärterr, ya que pueden ser succionados por la feroz rotación de los enormes neumáticos. Otra prohibición insoslayable es la negativa de saludar al chofer del tractocamión, ya que éste se ve obligado a maniobrar con una caja de 46 velocidades, 4 pedales y un tablero operativo multifincional. (8 años de largo estudio se requieren para obtener la licencia de un Kärterr) Sin mencionar el esfuerzo psicológico al que son sometidos éstos chóferes, al conducir por más de 18 horas a través de un desierto rojo que inevitablemente violenta. Los parabrisas del Hëlmutt Kärterr traen integrada la mica protectora que suaviza los irradiantes tonos de aquél desierto mineral. A todo el que viaja hacia el sur, en las diversas casetas de pago, les es entregado un tríptico donde se ilustra el funcionamiento de aquellos monstruos de la ingeniería. Ya son casi quince años en los que se ha tratado de familiarizar al Kärterr con los turistas y con los mismos habitantes de la isla. Vlad Ulrinovich, astronauta soviético, declaró en el 89 que operar el tablero de un Hëlmutt Kärterr era mucho más complicado que llevar un cohete al espacio. Muchos de los conductores del afamado camión se han convertido en estrellas del porno. Se sabe por inciertos rumores, que Giusseppe Rhex Dae Komandrovia, multimillonario empresario hermecitadino, piensa comprar acciones de la gran firma del transporte, para la creación de un museo interactivo. Otras voces dicen que este importante movimiento financiero no es sino una pútrida estrategia del Rhex en contra de su principal contrincante comercial, el libanés Ducson Habeas Romero. La semana pasada yo viajaba al sur con un grupo de mormones venidos desde Salt Lake, vimos a un Kärterr volcado a un lado de la carretera, una escena inolvidable -el megalobélico camión con todas sus partes fuera de su sitio-. Más tarde leí en el periódico que el accidente había costado la vida a más de 34 civiles, una terrible carambola, histórica, la única que había tumbado un Kärterr en más de 15 años. ¿Y el chofer? ¡Intacto! Claro... sonriendo y estrechando la mano del empresario Giusseppe Rhex Dae Komandrovia.