martes, abril 03, 2007

El arte de la escapatoria.

Giussepe R. tomó un plato de caracoles al humo y como cada mañana se dirigió a la Academia donde con incierto entusiasmo estudiaba anfibología; para tal propósito el distinguido Giussepe R. solía tomar la avenida Fideo Maximilio Montenegro, avenida donde también se ubicaba su domicilio; más tarde daba vuelta en la calle Ordenes Militares hasta dar con la calle Carlos Cucufato, viraba por Corredor América con el fin de encontrarse en los senderos floridos de la calleta Jaime Moreno Benavente y así dar con la ansiada Academia de Anfibología. En la lámina primera se distingue su recorrido.

Así fue como Giussepe R. -sarraceno de incontenible viril- en una de sus venturas pasionales enamoró sin remedio a la Infanta Blanca Becerra; Giussepe R. del mismo modo y con los mesmos principios de celeridad sensorial decidió abandonarla. Pobrecita de la boticaria Blanca Becerra.Giussepe R. temiendo enfrentar las condiciones de un amorío repentino, optó por un magno acto de escapismo. Para evitar a Blanca Becerra sólo era necesario evadir buena parte de la avenida Fideo Maximilio Montenegro. Nuestro querido diligente Giussepe R. consideraba que para abandonar a una dama solamente era necesario no compartir con la docella la misma locación geográfica. Pobrecita de la boticaria Blanca Becerra, victima de aquel lobo feroz. En la ilustración, la locación de B. Becerra es presentada con un amable sensor verde pápula derivación anfibio tanzano.
No solamente fue lo de Blanca Becerra. Se dice en la aldea, Giussepe tambíen enamoró a Leonor Pisapía, conocida lechera de la comunidad; luego decidió tirar el amorío por la borda. Su oficio de evasión sónica resultó una vez más en el intercambio de su ruta, tal giro direccional implicaba el hecho de saltear un peligroso muro de hormigón. Una vez asaltado el muro Giussepe R. daba a la amable callejuela: Caieta Romina Flandes, callejuela cercana a su destino: la gran academia de Anfibología.
En Caieta Romina Flandes Giussepe R cometió otro de sus crímenes de anonimato pasional y desaparición; esta vez la enamorada fue una fabulosa mulata de nombre: María Capria Bolaño. Giussepe, decidido a continuar con sus fechorías optó también por el abandono de la gentil Capria Bolaño; tal evasión dio un giro total a su recorrido. Tal desviación ahora implicaba incluso una sesión de nado de alto riesgo en la delta de un rio; había decidido evitar a las tres mujeres tomando los senderos dispuestos por la campiña. Ahi iba Giussepe R. por los campos de avena en busca de completar su interminable romancero fugaz.
En la campiña provincial enamoró a una campesina y a sus tres hermanas. Eran ya seis las mujeres que esperaban al insolente mosquetero; desde ese día Giussepe R atraviesa dos ciudades con el fin de evitar tal cantidad de féminas pendientes. Me parece notable considerar la siguiente curiosidad: la ruta original de Giussepe R. consistía en algunos minutos, ahora Giussepe R, debido a su anormal escapismo y falta de conciencia amorosa le tomá casi una hora y medía asistir a la Academia. Las doncellas aun le siguen esperando.
Giussepe R. llevará por siempre la figura del eterno amante bandido, la insignia del hombre desaparecido; pero no os preocupeís queridas mías, Giussepe R. en su desobligado anonimato les tiene un afecto magno, inmenso y brutal.

Giussepe R -el novio desaparecido- terminó sus estudios y viajo a Costa de Marfil. A los geógrafos del corazón debido a su constante cambio de dirección les fue imposible continuar con su seguimiento. La última vez que se le vió fue en un diferenciado femenino en Busapest.
Según los reportes de las agencias de Busqueda y Rastreo de múltiples paises: cientos de mujeres del ámbito internacional le reportan cada semana como misteriosamente desaparecido.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Propongo un club de mujeres a las que Giussepe ha abandonado(persiguiendolas) en su camino.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, diganme donde puedo encontrar un club tan adecuado.

Natalia dijo...

Metodología del escape única, las causas provocadas por Giussepe seán impredecibles para los geógrafos. Juego doble: es ácido en tanto conlleva una muy feroz critica, pero es dulce por su propia naturaleza, eso lo hace mil veces más efectivo.

Anónimo dijo...

de haber leìdo esto hace meses me habrìa sido màs fàcil entender...