sábado, marzo 10, 2007

LA MANSIÓN DE LOS PULPOS




La obra de Zak Smith es brillante y variada y sus espacios rememoran al cómic y la ilustración, en ella hay temas frecuentes como lo son la oscuridad, las mujeres y el erotismo. Para efecto de esta entrada conviene considerar la obra “100 girls and 100 octopuses”, cuya genialidad apela inmediata y deliciosamente a su creador. Zack Smith construye un descomunal corcho compuesto por 98 viñetas de diferentes chicas en relaciones, en su mayoría sexuales, con diversos pulpos, variados en la forma que tiene cada viñeta de contar su historia, como múltiples son los tentáculos en los cefalópodos, o innumerables las formas que estos personajes tienen de relacionarse con el molusco. Un cuadro titánico y genial, fractal inconmensurable que supone un cosmos único a cada personaje, chica y pulpo; algunas veces follando maravillosamente, otras sólo conversando, durmiendo apacibles en el abrazo post coito de los múltiples tentáculos, disfrutando de un chapuzón en la piscina, o atemorizados por el incómodo muro de un polvo fracasado. Cada chica con su muy particular forma de dejarse poseer por este crustáceo silencioso, impúdico pero tierno, pues se sabe amante insuperable en la habilidad de sus tentáculos, compañero comprensible, si se quiere, pues algo hay de diálogo entre los colores de su membrana y el de las cabelleras de las chicas a quienes atrapa. Smith acopla estas viñetas a la forma de una mansión, un palacio del placer con todos sus niveles, sin que se escapen sótanos o baño, armarios, anaqueles, libreros y adornos, e incluso un televisor encendido con el PGA Tour que realmente está viendo. Smith es un arquitecto genio y como todo genio resulta inclasificablemente malvado, nos permite espiar en las habitaciones de su lascivo chalet, nos empuja a masturbarnos con la envidiable orgía de sus habitantes, algunos de los cuales nos observan de vuelta, desde la fluorescente oscuridad que representan los mundos de esta suerte de Gustav Klimt postpunk, ¿se trata entonces de una casa de putas para pulpos, o de un confortable templo al que ácidas sacerdotisas ofrecen sus cuerpos al invertebrado? Una inquietud, no obstante, golpea con mayor fuerza las puertas de este mesón, y es que Smith, además de ser un maravilloso ilustrador, es también una estrella del porno cuyas apariciones suceden bajo el nombre de Zak Sabbath. Es aquí donde se supone la etiología de la oscura presencia del molusco; la existencia de los pulpos en acecho de las diferentes mujeres parecería ser una prolongación multicelular del mismo autor, es decir, un posible desdoblamiento que incluso nos pone a pensar en que los diversos cefalópodos no son varios sino uno solo, el mismo Zak Smith a través de las mujeres de su pasado, de sus deseos, de sus sueños o pesadillas, al igual que universal se vuelve esta analogía en el varón, macho agente seminal, en el orgiástico gemir de los viajes en su mente con las chicas que ansía en el metro, que recuerda en la cama, o simplemente que inventa para divertirse. Demonio de su universo, Zak Smith levanta su castillo fluorescente y transporta a la mujer desglosándola, al igual que los tentáculos del pulpo, en un sinnúmero de amantes que retratan todas una delicada escencia, como delicada fue la pintura de Klimt y el homenaje que Smith le hace. Flor nocturna es la obra de Zak Smith y el pulpo su amante idóneo, baboso, se resbala con delicia a través de las espaldas lujuriosas y atrapa el cuerpo perfecto en un pasmoso movimiento táctil, las ventosas se adhieren placenteramente y las posibilidades se multiplican, perverso pulpo que succiona cavidades a un mismo tiempo, qué todos los hombres fuésemos moluscos, que nuestras amantes pudieran obtener un alargamiento de nuestros dedos, una prolongación de nuestros miembros, sobre todo de nuestras personalidades, para así poder acudir una sola noche, si es posible en una sola casa, y enredarlas a todas en nuestro abrazo múltiple y secreto, empujarlas con nosotros hacia el coral profundo de nuestros amores submarinos. La Casa Neónida saluda a la Mansión de los Pulpos e intercambia embajadores dignos, larga vida a Zak Smith quien como el pulpo eyacula en tinta y nos confunde a todos, persecutores tontos quienes ansiamos tentáculos como los del invertebrado para obtener toda la belleza de un sólo puño.

http://www.zaxart.com/

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhh, el cefalópodo, la propulsión del marisco. Querido contramaestre K.Extraordinarria estampa entorno a la aplicación de la tinta. Saludos Att. G. Jovencito del Bastón cabrero.