¡Ah! ¡Señor licenciado Carlos Capetillo Buenrostro! Es un privilegio para nuestra compañía ascenderlo al grado de supervisor del departamento de finanzas. Este honroso nombramiento es en respuesta a su intachable trayectoria laboral, su desempeño como asistente de ventas fue sin duda ejemplar, mostrándose siempre solícito y a su vez sumiso ante los dictámenes de sus superiores. Usted: siempre diligente, siempre dispuesto al sacrificio en miras del bienestar y desarrollo de la firma, es modelo sin parangón para nuestra gran familia de trabajadores. Su clarividencia y capacidad visionaria lo vuelven un elemento eficaz a la hora de resolver problemas y tomar decisiones, un motor indispensable del organismo productor, una ficha invaluable, un mártir de la lista nominal. ¡Ah! ¡Enhorabuena Capetillo Buenrostro! Ha logrado usted comprender la complicada lógica del mercado, se abre por fin para usted el mundo de los negocios, la inversión y las bienes raíces. ¡El éxito Capetillo! ¡El horizonte de la victoria! ¡El triunfo! ¡La cumbre del progreso! Renacen en usted los ideales del hombre moderno. Sus méritos lo han acreditado a sentir por vez primera los privilegios del mando, el goce de saberse de éste lado del escritorio, encarnar al guía de este buque codicioso y zarpar hacia los agitados mares de la contaduría y la ganancia porcentual. Le hago entrega de este pin honorífico; pórtelo con galanura y soberbia, sabiéndose poseedor de una presea única en el atribulado medio empresarial. ¡Enhorabuena Capetillo Buenrostro!
¡Enhorabuena!
Imagen: William Wegman
¡Enhorabuena!
Imagen: William Wegman
NOTA: Pronto se realizarán los funerales de este sitio. Estén atentos a la gran apoteosis.
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