Rábano dos veces vestido por los interiores de una caja de chocolates belgas, ¡Anda tú, enfermera! , de jeringa y deporte de bastón, revienta un durazno en mieles, sírvelo en dos copas, una para el príncipe otra para el mosquetero, déjame decir pequeña bellota, antes de que te sumerjas como proyectil sub-martini en malteada de leche y toronja, en tu cola de aVespa a buscar entre lunares de moca a tu poeta, a tu media melena. .-¡No te desesperes pequeña tuba de hacer jazz!. déjame tener el placer De ser en esta tropoli de los pocos que te entienden. ¡Ay mi niña pelirroja!, caperuza busca cartuchos de pólvora en tu canasta de pan, ¡Nena, no hay lobo feroz que te detenga!, !Niña nuestra, nunca es tarde para ser poeta!, y te lo dice un acuarelista mi querida Mariana Barbarella. |
jueves, noviembre 23, 2006
Un poema para Mariana Barbarella Cabo Kennedy 1964.
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1 comentarios:
Sr(s). Neonida(s): debén de ser unos amantes fabulosos, me gustaría ser una de sus chicas.
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