martes, marzo 04, 2008

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“La tierra tiene bordes de féretro en la sombra.
Oye, tú, mujerzuela, no vayas a volver.”
Cesar Vallejo, La Copa Negra
Estarás acostumbrada a escuchar tu nombre en la punta de todas las promesas. Yo que puedo decir… No estoy dispuesto a atravesar las desventuras de una novela que no me pertenece. Demasiados tangos para ti. Y aquí me tienes, palpando los muros del laberinto que trazaron tus perversiones. Con la boca seca de tanta rabia, te confundes con mis pesadillas. Estoy en pleno desalojo, retiro mis tropas, hundo las naves y le pido al diablo que guarde las distancias. No es tan sencillo andar trenzando romances, no tarda en surgir la hiel. Ahora dirás que soy cobarde y tienes razón; elijo andar con la cola entre las patas, salir huyendo como un cachorro asustadizo. Quedó atrás la intención de compartir el tedio, te regalo esas horas de sospecha para que hagas cálculos en el calendario, para que imagines mi nombre en la boca de cualquiera. Entre tanto llevo un martillo en la mochila. Un cacharro de acero para abrirle el cráneo a quien se interponga. Hay una línea trunca entre tu rostro y mi memoria. Lo cambié por una reseña del clima. No pensé que Oslo fuese tan frío, sobretodo de madrugada. Eso pasa por andar jugándole al poeta. No solo los poetas se ponen tristes en lunes, y también a muchos les gusta la palabra “noctambulario”. Piensa dos veces antes de hablar, cuenta hasta diez, muérdete la lengua o prénsate el cogote cuando te nazca decir te quiero. Aquí no hubo historia, apenas un ensueño ordinario yéndose por la cloaca. Es tan pobre tu imaginación, y yo tan necio, tan devoto del instante. Ya llega mi ángel de la guarda, un Gabriel insolente a espolearme con su espada. Te digo estas cosas para hacerle sombra al silencio, para que no se te ocurra extrañarme. Tendrás tiempo para repasar tus mentiras.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chico, qué dolor en la rabia con que huyes, sin embargo es la rabia del que no sabe amar. No olvides que en los demás nos vemos reflejados tan sólo por la autenticidad de nuestros sentimientos, ves lo que sientes cuando te espantan tus monstruos. Cuando salgas otra vez asegurate de llevar amor en los bolsillos, quizás esté aguardando al final del corredor.
Gran carta de dolor y estupidez.

Anónimo dijo...

Me parece fantástico que demuestres en tan hermosas palabras lo grande que eres. Sin duda que de cualquier parte de tus trópicos salen estás demostraciones imperfectas y realistas de tu capacidad para sentir plenamente el desastre que se avecina cuando una mentira invade tu alma. Felicidades y sigue expandiendo tanta belleza a los mortales ignorantes que nunca lograrán entenderte amigo mío.

ángel dijo...

A mi también me gusta la palabra Noctambulario. Un gusto descubrir tu espacio graciasa ella.


saludos...