A horcajadas va la bruja,
esta noche van a viajar;
el Diablo y ella juntos:
contra viento, nieve o lluvia,
sea cual sea el obstáculo
el cielo van a surcar.
Robert Herrick
-No es verdad.
-¡Ya te lo dije! Si no me lo quieres creer, no es mi problema.
-¡Claro que es tu problema! No puedes ir por ahí diciendo eso.
-Piensa lo que quieras.
-¡Compruébalo! A todas las mujeres les encantaría ser brujas, es una especie de sueño morboso, el climax de sus aventuras y la ascención de todos sus deseos. Las brujas son sensuales, malvadas y de naturaleza misteriosa. ¡El sueño de cualquier chica! Con el plus fantástico de la magia y los encantos amorosos, me haces reír.
-Podría hacerlo, dame algún ejemplo.
-¡Ni que lo digas! Vamos a ver, por qué no...veamos, llena ésta habitación de conejos color mostaza, ¡Miles de conejos! Anda, enseñame tus poderes, ¡bruja!
La habitación se coloreaba de oscuros intermitentes, por la ventana se lograba ver un juego de sombras que varias veces me distrajeron de lo que X. me estaba intentando explicar. Ella era de facciones arriesgadas, su boca delíneaba un color otoñal que siempre me deprimía, sus ojos eran dispares, parecía que uno siempre estaba al tanto de todo a su alrededor y el otro simplemente se ocultaba en un letargo impreciso, pero la nariz, no podría decirse que era una bella nariz, se levantaba de una manera sensual, señalando con una precisión algo que todavía no logro explicar, pero se entendía como una nariz atenta y delgada, X. era en conjunto de una hermosura que dependía de la luz, a la sombra era una belleza delicada y exquisita, pero debajo de un foco o a los rayos del sol, se convertía en una agresiva y desbocada guapura, daban ganas de arrojarla con fuerza a la alfombra, levantar su falda y poseerla, cosa que nunca se me hubiera pasado por la cabeza al mirarla en la oscuridad visible.
-Bueno, sólo porque tú me lo estás pidiendo, sólo te pido una cosa.
-¿Qué? Patas de araña y colas de lagarto seguramente.
-¡No seas tonto! Quiero que me tomes de las manos y me mires fijamente, que después de varios segundos me quites toda la ropa y me hagas el amor como nunca antes lo has hecho en tu vida. Y verás de lo que estoy hablando.
X. era mi amiga desde hacía seis años, y no voy a negar que siempre me gustó, inclusive hubo algún tiempo en que vivía perdido entre sus aromas y sus piernas, después comprendí lo que ella necesitaba, y dejé las interrogantes, aunque por lo menos tres veces por semana me masturbara en la ducha pensando en ella, ya me había dado a la idea de que jamás iba a tenerla. Por un instante la sentí ajena, inmaculada, un aroma de múltiples flores se dejaba venir constantemente, siempre pensé que era su desodorante. Con X. conocí a Lovecraft, Blake, Poe, Baudelaire, y al leer con ella me llenaba de una extraña sensación de abandono, era como si todos los cometas del universo se fueran a estrellar contra nosotros. Me llegué preguntar si mataría por ella.
-¡Qué! Pero qué...¡Estás loca! ¿Es en serio lo que me estás diciendo? Es que yo, tú, no lo sé.
-Te lo puedo demostrar pero es la única forma.
-¡Pero qué clase de bruja eres!
-Escucha, hay dos opciones, dejas de hacer preguntas y lo hacemos, o cambiamos de tema y nunca más volvemos a hablar de esto.
Se apagó la luz y se dejó ver su verdadera belleza oculta, nos sentamos al borde de la cama y nos cogimos de las manos, yo sudaba y ella cerró los ojos, su boca era un oasis de aceites aromáticos y yo podía aspirar hasta la última bocanada. Después de varios minutos y no segundos como ella lo había dicho, solté sus manos y comencé a desvestirla muy lentamente, no podía creer lo que estaba sucediendo, creía que tocaba el límite de la locura y la excitación, era perfecta, se acostó en la cama boca arriba y seguía sin abrir los ojos, la besé, con cautela y misterio, con la precisión de un detective que busca lunares en el cuerpo de su amada, me quité la ropa y efectivamente le hice el amor como nunca antes lo había hecho, ella no abría los ojos sin embargo jadeaba, se contorsionaba y se mordía los labios al ritmo de mis movimientos pélvicos. Fue duradero y explosivo, la abrazaba con fuerza y desconcierto, me sentía seguro y por largo rato olvidé la demostración que había de por medio. Justo antes de terminar, abrió los ojos, estaban llenos de lágrimas brillantes y me miraban como nunca antes X. me había mirado. Escuché ruídos debajo de la cama y en el closet, en la lámpara y en el baúl donde guardaba sus secretos de bruja, pensé en detenerme pero ella me lo impidió. Primero salió uno, luego dos, tres, cuatro y así sucesivamente hasta que la habitación se llenó de cientos de conejos color mostaza.
-¡Termina!
-Muy bien...Muy bien...¡X.!
-¡Abrazame!
-¿X.?
-Dime
-¿Y ahora qué vamos a hacer con todos estos conejos?
3 comentarios:
y ahora me pregunto * ¿como un tarro de mermelada alcanzará para tantos conejos? ...
ha ha ha !!! es divertido imaginar tantos bigotes llenos de sagre * y a tantos conejos vestidos de smokin * ... muy bello con lo que me gusta el Lapin *
xx///
la vera magia e' tenerti abbracciato e guardarti nei tuoi bellissimi occhi che esprimono piu' di mille parole
Para escribir estas palabras necesitas vivirlas, se k esos cientos de conejos nunca existieron son la representacion de los mil orgasmos k el protagonista de esta historia experimento al tener tan cerca a esa mujer; esas experiencias sexuales k te dejan tan perpleja k no puedes ni parpadear. Es la primera vez k leo este blog, pero creeme no podia dejar de leer, me recordaron akellos escritos k solia hacer sobre akellas noches en las k encontre mis conejos jaja.. ahora solo te deseo muchas noches como esas!!!, y k mas pedimos las mujeres k ser brujas y tener a los hombres repletos de conejos jajaja.... talvez se escucha perverso pero al contrario no es simple placer, es el amor hecho placer!!!! IRMA
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