Ocurrencia...

(Impacto de nube cirriforme)
En subsidencia sanguínea

Ocurre que hace tiempo no encuentro un buen par de palacios, que mis sombras se encierran en un prisma transparente y de malicia cansina. Que al despertar, mi terapeuta cancela nuestra cita para arrogarse por la borda de un árbol enorme. Inmediatamente transpiro los dolores de garganta, las taquicardias espesas y la tristeza insomne. También ocurre que las flores se esconden de mi olor agrio, que me gustaría dejar de temblar cada vez que las montañas escriben mi nombre con sus avalanchas. Y cada vez que enciendo un cigarrillo, el fuego se dispersa entre mis labios de tanto hablarte a escondidas. Los libros se detienen en cada imágen púrpura, las canciones se repiten cuando suena un violín y las estrellas rasguñan el universo con enigmática geometría. Mis sueños ya no son sueños, son esferas recurrentes del color de tu vestido, es el despertar a media noche con la seguridad de derretir mis dedos entre tus cabellos. Consuelo a mis demonios con poemas frescos, con la claridad latente de que el tiempo se va al ritmo de mis movimientos hiperactivos. En los cines y en los teatros ocurre que los actores me son indiferentes, pájaros de lino que se alumbran con líneas pomposas. Lamento a los viejos y a las mandarinas, espero indeciso que anochezca para cantarme una canción de cuna. Me pienso en el oleaje helado, en las cumbres derrumbadas de unos Alpes tristísimos, sin embargo las nubes cirriformes me lamen las heridas, la sangre tan oscura que proviene de mis gestos lapidarios. Así ocurren los días, las estaciones, los recuerdos...al bochorno de mis miserias. Y falsas esculturas mostrando una existencia catatónica, deprimida y ya olvidada. Ocurre que me asombro de estar en movimiento, y así, mirar contemplativo el crecimiento de las torturas.