martes, abril 24, 2007

!JAJAJAJAJA¡



-¡Jajajajajaja!-
-Por qué ríes- Asombro, recuerdo, la ocasión ausente de tus brazos en mi cuello.
Te senté y nos alejamos, aquella fragancia suelta, corría.
La mano en mi entrepierna, tus labios rodeando mi sexo y así noviembre, diciembre, enero.
Tus lunares el puzzle de mis pensamientos nocturnos jugando entre canciones de cuna; 1986 o 1988.
Tentativa laguna de dragones, diamantes celestes y el mujido al agua, impaciente por borrarse del reflejo. Después por las tardes con tu vela mortecina me ponías un nombre desconocido.
-¡Jajajajajaja!-
-Por qué ríes- La ocasión ausente de tus brazos en mi cuello.
Luego bruja que llora me soltabas y te ibas flotando. Jamás te quise ver llorando. Siempre en febrero.
La mano en un dedo, después lejana y terminó en tu misma mano.
Te inventé en mi alcoba y murmuraba los meses en que todavía me dejabas bautizar a las partes de tu cuerpo.
-¡Jajajajajaja!-
-Por qué ríes- Sal en mi mejilla, 120km/h, un hielo en mi pecho y la ocasión ausente de tus brazos en mi cuello.
Oírme me duele profundamente, la sombra de tu falda moteada se dispersa entre mis libros y reviento a un no sé qué.
Malestar dominguero que ni Tom Sharpe puede calmar, y entonces esbozo una pequeña mueca parecida a una sonrisa. Es fiel a mis principios, real por dentro que sale de ahí revoloteando; primaveral y estúpida.
Hasta que entiendo del terrible daño que me has hecho con tus faldas y tus escotes. Porque algunas veces tengo tanto miedo e intento bostezar para aparentar que me importa una mierda.
Sin embargo aquello vive dentro, en las profundidades de mi escencia para repetirme una y otra vez que algo no anda bien.
-!Jajajajajaja!-
Río desesperado, de locura, de ti y de mí, al borde del cansancio mental.
Río por los meses que han muerto cayendo como costales a mi espalda.
Aviento carcajadas de no tenerte, de haberte ido.
Grito a risas tu nombre de pila, me caigo de golpe por reir tanto.
El estomago de alguna forma piensa que va a reventar.
Y no dejo de reir, de lagrimear, de -¡Jajajajajaja!-
Y te recuerdo, te añoro entre mis convulciones de risa.
-¡Jajajajajaja!-
-¡Jajajajajaja!-
-¡Cómo te extraño!-
-¡Jajajajajaja!-
-¡Cómo me siento tan destruído!-
-¡Jajajajajaja!-
Y así...¡JAJA!...seguiré riendo...¡JAJAJA!...de la ocasión ausente de tus brazos en mi cuello...¡JA!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

carcajada o simple risa ?¿ ...

Anónimo dijo...

hay que reír de las malas fortunas, y eso si que no tiene nada de gracia.

Édgar Adrián Mora dijo...

Ja, ja, ¿je...?

Anónimo dijo...

Y lo mas irónico es que aún los viejos seguirán con ese JAJAJA, y se reuniran semanalmente en modernos asilos con puertas automáticas.