!Esta semana nos ponemos EMO!

Tendencias, contrastes y falsas manifestaciones de depresión, son un andar constante en la vivencia diaria. Durante siglos el hombre ha sido un ser triste, con preocupaciones diarias, en una búsqueda constante de lo que llamamos felicidad, así se han creado vanguardias y grandes obras de arte. El camino es largo e inalcanzable, pero las canalizaciones artísticas han logrado que esa infelicidad sea sustituida por medio de algún proceso creativo, para otros el trabajo duro o simplemente las barbacoas los domingos han suprimido por pequeños momentos esa sensación de vacío. Hemos visto desde el romanticismo e inclusive desde el siglo de oro y más atrás, tendencias hacia la autodestrucción y el poco entusiasmo por la vida. No es nada nuevo. El ser humano en su funcionamiento maquinal entiende por tristeza el despliegue de llanto y sentimientos que nos achacan. En la casa neónida intentamos entender la tristeza, el desasosiego, la poesía maldita y los contrastes posmodernos de una sociedad cada vez más tirada al suicidio colectivo. Por eso esta semana nos vestimos y nos comportamos EMO. Esa moda, pose, tendencia, falsedad reprimida, pero sobretodo modo de actuar ante una llamada incomprensión que tanto se ve ahora por las calles. El flequillo alaciado, las gafas de pasta, el diario de poemas, música pomposa, maquillaje y pseudo tristeza, son varias de las características del EMO, que viene de EMOTIONAL. Son sensibles, poetas, inteligentes híbridos tatuados y fantásticos en el arte de la poca autoestima. En la casa neónida nos hemos cuestionado este comportamiento mientras desayunábamos. Cada uno con una mirada distinta descubre este tema en su peculiar forma. Queda claro que la tristeza no es un comportamiento, que si descubres a Baudelaire o a Nietzche a los 15 años, seguro querrás morir pero al final no pasa nada, simplemente te vuelves más abierto al pensamiento universal. Es visible que las poses nos han llevado a sentirnos cada vez más absurdos, que nuestras tendencias están tan obsoletas que inventamos ridículas formas para no sentirnos tan estúpidos. El engaño no sería importante, ya que cada quien puede vestirse y matarse como quiera, pero el problema radica en la fórmula para querer alcanzar una actitud derrotista ante cualquier respuesta, interpretar la poesía sin jamás haber leído poesía, o querer con una moda llena de otras modas, justificar el hecho de la existencia. Es el sentido de la estética lo que nos ha llevado a expresarnos, juegos semánticos que nos catalogan por culpa de los medios de comunicación. Entonces queridos lectores, si su novia los deja o se pierde su perrito, no han sufrido lo suficiente, si su trabajo apesta y los han echado del club de golf por golpear a su compañero de juego, tampoco sirve, nunca serán lo suficientemente EMO para entenderlo. Tienes que ser adolescente, con la estabilidad económica para crear un gran guardarropa y pagar al estilista, tener la sensibilidad exquisita para escribir poemas y jugar nintendo, ser bello con perforaciones y los suficientemente tímido, así serás un verdadero triste que al final, no tiene razón alguna para estarlo. AgradecEMOS al artista plástico Fabeo Quinto y la colaboración primaria del Rhex.

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"Galactic Emos" Fabeo Quinto.

Aceites de Agatha Musgosa en Oléo. 1.65 X 3.90

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Breve apología a propósito de los Emo

Me gustan los emo: sus perforaciones, sus flequillos, sus cuadros, sus chapas, sus pantaloncitos entubados y sus vans. Me parecen niños tiernos y confundidos, egoístas y egocéntricos, ángeles subterráneos, demasiado hermosos. Lo emo es algo generacional y no es más que una moda, no hay porqué alarmarse. No creo que la taza de suicidios de adolescentes haya engrosado debido a la creciente popularidad de la cultura emo, muy al contrario: considero que se trata de un gran albergue subcultural para recibir a un montón de niños alienados. Su actitud puede ser desesperante; pero es parte de esa moda y, ya lo digo, me resulta indeciblemente bello. El suicidio se volvió a poner de moda, ser triste y estar deprimido es cool, ser muy exagerado, “drama queens”. Es más, yo era emo; pero en aquella época, es decir cuando tenía 15 años, el término ni siquiera existía. Pero era emo: me vestía de negro, estaba muy triste, quería pasar desapercibido y empezaba a escribir poesía. Estaban de moda los dark, la gente hablaba de ellos como ahora hablamos de los emo, y en vista de que yo no figuraba entre las actividades y los cánones de popularidad de mis compañeros, a mi me atraía lo dark y me rondaba la cabeza volverme uno de ellos, de hecho tenía un sobrenombre para mis incursiones en Internet que ahora me produce una risa culposa ante las ambiciones de la pubertad, yo era Lord of Darkness. Por suerte alguien tuvo la gentileza de intentar dirigir mis intereses y conocí a Ginsberg y a Bukowski y a partir de entonces, entre muchas otras circunstancias, empezaron las ganas por convertirme en escritor y por hallarme en algún lado sin necesidad de vestirme de gabardina pese al sol y maquillarme como estrella del cine mudo. Pero si en aquél tiempo los emo hubieran sido tan populares como ahora, seguramente hubiera pasado a plancharme el cabello y cubrirme el ojo derecho, más aún considerando que su dress code resulta mucho más accesible y económico que el de los dark. Así que ahora me burlo con bastante nostalgia de cuando quería ser dark, así como mis amigos más grandes recuerdan cuando se dejaban el cabello largo y utilizaban camisas de cuadros y mostraban cara de aburrimiento del mundo pretendiendo ser grunge, así mis padres recuerdan divertidos cuando usaban pantalones acampanados o los padres de mis amigos más grandes añoran la época hippie. Así los emo, cuando crezcan y sus jefes les obliguen a quitarse las perforaciones inútiles y a bajarse la capucha del jersey, recordarán cuando eran dulces, bellos y promiscuos. No entiendo en donde se encuentra la problemática sobre los emo, veremos surgir otras culturas urbanas, más hermosas, más decadentes, más polémicas, con gustos y credos cada vez más extravagantes para nosotros quienes iremos ganando edad y distancia del sector más interesante y joven de la sociedad. De modo que aplaudo y aliento a lo emo, lo digo desde un punto de vista ajeno y meramente poético: como fenómeno estético lo emo es una confección altamente delicada. En lo personal me resultaría irresistible poder entablar una relación íntima con una niña emo: sacralizaría su ropita y me divertiría mucho vistiéndola, añoraría su cuerpo y esperaría su desnudez como aquella que nos venden las Suicide Girls, pasaría horas enteras escuchando con atención todas sus estupideces y suspiraría cada cinco minutos, consolaría sus llantos y correría a salvarla cada que me llamara prometiendo cortarse las venas. Lo haría porque el tiempo está contado y porque nada de eso dura para siempre: en algún momento dejará de ser emo y de vestirse tan lindo, de pensar tan exageradamente; pero sobre todo dejará de ser niña y se convertirá en mujer, con todo el trabajo de la gravedad que eso implica, y la pérdida de la virginidad, el fin del aroma floral, de las manos inexpertas y de las panties de la gatita kittiy. Lo siento, pero la fuerza de los estremecimientos estéticos me sobrepasa ésta como todas las veces.

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The Warp Zone

¿Cuántas vidas te quedan?

Tres, todavía

Yoshihiro Nomoto a Katsuya Eguchi

en un Arcade en Beijing

Había cientos de posibilidades. Nos formamos en las redes nerviosas de una dimensión formada por la simulación y el fingimiento. El juego en la infancia es un estado de abstracción. Sí uno pasa más de doce horas frente a una pantalla la realidad termina siendo la abstracción. Después de doce horas diarias frente a un videojuego, uno juega más bien a despertarse, a asistir a las clases de viola, atender a las tutorías de algebra II, a ponerse un suéter los días en los que hace frió. Luego vive a partir de un electro pad de casi ocho botones, eso y la escopeta de iones de matar patos. Sus mayores dificultades son las peripecias italianas a dos dimensiones, el intercambio de plataformas, la réplica sensorial. Cada parte del cuerpo entendida en un gráfico de mediana resolución. Un gemelo artificial. El desafío de un acantilado. La suposición del doblón dorado en un prisma suspendido en una nébula numérica. La resolución de los mundos falsificados. Hay que tener cuidado; un barón montañés - un simio embrutecido – lanza pesados barriles desde las copas de los árboles. Un reptil quelonio – al presionar su armadura conchada – según principios retractiles se vuelve proyectil contra sus idénticos. Fungí de alto crecimiento. La pluma de un halcón petigrís vacila en los aires en próxima desaparición - magna promesa aeronáutica - de volverse un gráfico alado. Todo es tan falso que tiene que ser transmitido en un televisor. La vida en un grifo color hierbabuena. Todos (después de 1985) fuimos alguna vez paladines de la fontana. Masturbando los bulbos de plástico de un control de .17 libras. En Street Fighter un combo fatal (la combinación de botones necesarios para mostrar un episodio de fatalismo espectacular) es a resumidas cuentas un coito interrumpido. Con gritos y todo eso, si no, asesine a Chunly, la colegiala japonesa de elástica gimnasia (a +b+ arriba + abajo + b + b), cierre los ojos e intercambie los gemidos. Yo superhéroe. Yo asesino serial. Yo pistolero. Yo Mario Bros. La nueva mitología en 8 bits. Super Famicon: 32,768 pátinas posibles. Sony Sp 700 era el órgano midi de alta generación capaz de imitar cualquier instrumento. Concierto para contrabajo en 2 bits. Drum and base, Electro Digit Dance. Atari, Nintendo, Xbox, Playstation. Hiperrealismo. El gran sueño de basuco de Shigeru Miyamoto. Game over. Press (A) to continue. Una y otra vez. Porque no puedo volver a empezar. Reset. Hay cientos de posibilidades. Y yo estoy tan triste.

The Warp Zone *

3 6 5

5. En el Myspace - Music de la banda: And Russia Got Mad, se sube una convocatoria que presenta entre sus bases la difusión de las siguientes sentencias: Si quieres conocer a los integrantes de la agrupación And Russia Got Mad envíanos un video de la forma más creativa para suicidarte, el cadáver de los ganadores tendrá oportunidad de aparecer en el último concierto de la gira internacional: Since Russia whit anger.

JAT 5000 Pts.

3. En una sesión extraordinaria se proyecta el siguiente video tape: Seis jóvenes- arcángeles despreocupados - lucen un aspecto tristísimo, peinando y despeinado sus melenas como si están fueran las cuerdas de un arpa, todos llevan la mirada del basilisco vencido. Delineador árabe, perforaciones que apenas lastimaban sus anatomías.Uno muerde una navaja de afeitar. Esperan un instrumento de cola aguzada. Un sanguinolento péndulo- guillotina flota por la recámara. El cruel instrumento bien pudo haber sido instalado en la cámara mortuoria del interior de un laboratorio rumano montado en las deformidades de un cono volcánico. Era obvio que aquellos niños lo habían diseñado. Los seis son decapitados. La agrupación And Russia Got Mad recibe una demanda por una asociación de padres de familia.

GRK 500000 Pts.

6. El grupo And Russia Got Mad argumenta un atentado electrónico. Ellos no subieron el promocional. Días después Yoshihiro Nomoto es encontrado como responsable de haber hackeado la página. Nomoto tiene trece años.

GDA: 5000000000000000000000000000000000000000 pts.

*The Warp Zone: En Mario Bros (1989), en un acantilado secreto,

tres bocas de pipa subterránea permitían avanzar a niveles adelantados sin la menor dificultad.

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"Emo Nightmare" Fabio Quinto,

Tiza mediterráneo en grabados cuneiformes 4.90X5.87

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Tatoo

Fue David quien me acompañó en mi primer tatuaje. Teníamos catorce años y un muchacho de la preparatoria nos pasó una tarjeta con el número de un tatuador Armenio que ofrecía buenos descuentos. Un emigrado que había perfeccionado su arte con los mejores maestros de Bután. El tipo nos mostró su dorso tatuado con una salamandra, nos dio un marlboro y contó una historia loca de una mujer que había matado a sus hijos con un picahielo. Al terminar su relato sacudió el cuerpo dándole movimiento a la salamandra. Quedamos capturados por los colores del diseño y acordamos hacernos uno cuanto antes. Yo quería tatuarme el nombre de Ángela, la prima de David de quien yo había estado enamorado por meses. Ella era mayor, con la piel tostada y unos ojos verdes que cautivaban como dos gemas preciosas. Estudiaba en una universidad privada y pasaba las tardes toqueteándose con su novio; un tipo esmirriado que llevaba cola de caballo y vendía cd’s en la Tower Records del centro comercial. A David lo encargaban con la madre de Ángela y él pasaba las tardes espiando a su prima. Luego se acercaba conmigo para narrar a detalle las cosas que hacía Ángela con el chico de la cola de caballo. Se hizo un voyeur profesional. Hablaba de los senos de su prima con un arrobo exagerado, se agarraba los genitales y hacía ademanes de estar montando a una mujer por detrás. Hasta una vez le robó unos calzones a su prima y estuvimos toda la tarde olisqueándolos como locos. En aquél tiempo lleno de sueños y masturbación le prometí que en unos años, cuando me creciera la barba y tuviera un buen empleo, me acercaría a su prima para invitarla a salir. A David las chicas no le prestaban mucha atención. Era debido a su labio leporino y a su paladar hendido. Lo que en algún tiempo le sirvió para escarmentar a los compañeros de la clase, ahora era la causa de que las chicas le huyeran. Hablaba de una forma extraña y a veces parecía que tenía alguna deficiencia. Él estaba convencido que una arracada en el labio solucionaría el problema. Eso y un aspecto más descuidado, unos vaqueros desteñidos y una playera a rayas con algún estampado llamativo. Así que un lunes saliendo de clases fuimos con el Armenio, como se le conocía coloquialmente a aquél artista del tatuaje. Tenía su comercio en el primer piso de un edificio arruinado en los suburbios de la ciudad. En neón rosado se leía “Tatoos and Piercieng”. Adentro olía a inciensos y a alcoholes, había figurines de temas orientales y una iluminación púrpura que le daba al lugar una ambientación medio mística, como de portal interespacial. Una chica con una cresta de gallo estaba reclinada en el mostrador y coqueteaba con el recepcionista. Esperamos una media hora en la salita de la entrada, escuchando el zumbido de una máquina y hojeando revistas y catálogos que mostraban los diseños más estrafalarios. David se exaltó cuando vimos la fotografía de un embajador con perforaciones en el escroto, al parecer un magnate de Aruba con caprichos de lo más singulares. Después de un rato bajó el Armenio. Un toro moreno y bonachón con una barba de chivo que le llegaba al pecho. Nos hizo subir a un salón lleno de espejos con reclinatorios y se soltó diciéndonos: Siempre el primer tatuaje es especial, es el que abre el camino, hay que pensársela bien, es como tu primer acostón… Continuó sermoneándonos mientras se lavaba las manos. Encendió un cigarrillo y nos preguntó cuanto pensábamos pagar. Yo le dije lo de “Angela”, talvez en la espalda baja y con una tipografía bien impactante. Al Armenio pareció gustarle mi idea y sugirió unas letras de fuego que le daban al nombre un efecto fabuloso. David dijo lo de su arracada en el labio y el Armenio soltó una risotada. Mi amigo se arrancó diciendo que su madre había fumado durante el embarazo y que a causa de esto él tenía la boca estropeada. Ahora quería disimularlo con un arete y mejorar su imagen. Acordamos el precio y el Armenio comenzó su trabajo. Después de una hora yo tenía a Ángela en letras de fuego y David tenía un aro platinado que lo hacía ver agresivo. Salimos nerviosos y emocionados con nuestro nuevo aspecto. Al día siguiente David me llamó preocupado y me dijo que había un problema con su arete. En efecto, la cosa se había infectado y ahora –además de su labio leporino- tenía una infección que soltaba pus cuando hacía presión. Regresamos con el Armenio. Este le quitó el arete y le limpió la herida con agua quina. Dijo que la hinchazón tardaría un par de días y que probablemente no había sido una buena idea perforarse en el labio. David estaba triste e inflamado, le dolía la boca y se encontraba arrepentido. Miraba con envidia mi tatuaje y ya no hablaba mucho. Con las semanas se hizo silencioso y taciturno; la vista clavada en el piso y el gesto afectado. Se perdieron así nuestras tardes de fantasía y solo de repente intercambiábamos alguna palabra. Una tarde pasó a recogerlo Ángela con su novio de la cola de caballo. Yo tenía un tiempo sin oír de ella y al verla recordé el tatuaje. Vi su nombre impreso en letras de fuego y sentí un calambre debajo del pantalón. Iba vestida con unos pants y con una ombliguera que le marcaba los senos. Me saludó desde lejos con cierta coquetería y se dio la vuelta. Talvez David le había contado el episodio del tatuaje y ella sabía que yo tenía su nombre impreso en la espalda. Terminó el año escolar, quedó atrás la secundaria y no volví a verlos.

Hace unos días en una feria de comics –ya con barba y un empleo- vi a una mujer que me pareció conocida. Atendía uno de los puestos y bromeaba con los clientes. Reconocí aquellos ojos casi al instante. Era ella, sin duda que era Ángela, la prima de David a quien hace casi diez años que no veía. Solo había escuchado por un compañero de la secundaria quien me dijo que David trabajaba en estados unidos en una granja de pollos. Probablemente había desertado de los estudios, y ahora se dedicaba a convivir con granjeros y a irse de putas los fines de semana. Me acerqué a Angela y la saludé. Había perdido el brillo de sus mejores años pero seguía teniendo esa sensualidad irresistible que había inflamado las noches de mi pubertad. Al principio no me reconoció. Cuando le aclaré quien era se emocionó mucho y quedamos de vernos por la noche. Fuimos a un bar al sur de la ciudad y nos emborrachamos. Hablamos de David, de la granja de pollos, del exnovio triste de la cola de caballo y de lo aburridas que eran nuestras vidas. Luego la llevé a mi casa e hicimos el amor toda la noche. Antes de dormir me paré al baño para hacer pis y ella leyó su nombre en letras de fuego. Gritó, ¡tienes mi nombre tatuado en la espalda! En un instante recordé el rostro del Armenio hablando de las letras de fuego, escuché las historias de David y sentí cientos de alfileres picándome la espalda. ¡Me lo hice por ti!, dije disimulando mi sorpresa. Conmovida, ella se dio la vuelta y me mostró la espalda. Y ahí, justo en el mismo lugar donde yo tenía su nombre se leía el mío; “Rodrigo”. ¡Me lo hice por ti!, dijo acalorada, una tarde en que David me contó lo que habías hecho. Fue mi primer tatuaje, es el que te abre el camino, como tu primer acostón, terminó sonriendo mientras repetía las palabras del Armenio.

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"Pequeña Epifanía de un Emo rubio" Rhex, Graffitti expuesto en la Universidad de Komandrovia

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Emodiario

Día 1

El osito cosmonauta me visitó de nuevo. Llevaba el casco de luces y el jersey de rayas ajustado al cuerpo. Esta vez no habló del rifle.

Día 2

Mi madre habló de nuevo acerca del cabello. No escuché. Miraba por la ventana de la cocina como una ardilla se intentaba morder la cola. Algunas veces pienso en que me gustaría tener una cola muy larga, así podría usarla de bufanda. Hoy no encontré a Lu en el colegio, presiento que se haya ido sin mí.

Día 3

Lu no aparece y no contesta el móvil. Lloré en el baño mientras me duchaba. Estoy seguro de que Dios odia este pueblo. Intenté subir a un árbol lleno de rabia, terminé cayendo desde una altura considerable, me he abierto la ceja y se ve sexy. Hoy papá me habló sobre lo que andan diciendo de mí, no me importa. Es un despegue accidental, nada es lo que yo quisiera, y ahora sin Lu no tengo sentidos.

Día 4

Regresó el osito cosmonauta. Bebimos zumo de naranja y volvió a mencionar lo del rifle, dijo donde estaban las llaves para sacarlo y como hacerlo funcionar. Sólo puedo pensar en dónde diablos estará Lu. Creo que se fue sin mí, la extraño. Intenté ir a su casa pero observé desde afuera como su padre leía pacientemente. Me pareció extraño, porque si Lu se hubiera ido, estaría como loco. Tal vez ella tenía razón y a su padre no le importa nada. Hoy descubrí que me veo mejor con los ojos delineados, me siento hermoso.

Día 5

¡Lu apareció! Hoy fue al colegio más hermosa que nunca. Al parecer enfermó terriblemente de una fiebre y perdió el móvil. Cuando me miró corrió a abrazarme y me besó en los labios, dijo que el plan seguía en pie. Llevaba unos bellos aretes de estrella. Todo fue bien hasta que llegué a casa y mi madre lloraba. Dice que está preocupada por mí, que no me entiende, pero es ella la que no me entiende a mí. ¡Faltan pocos días!

Día 6

De regreso a casa estaba el osito esperando. Se le veía enfadado. Dijo que ya no podía esperar más. Que sino actuaba pronto, iba a tener que empezar a tomar medidas serias sobre mí. Me asusté, nunca lo había visto tan enojado. Hablé con Lu inmediatamente, también se asustó.

Día 7

Soñé que hacía el amor con Lu. Cuando desperté fui a buscar las llaves, estaban justo donde él había dicho. Las escondí muy bien en el armario. Cada vez falta menos tiempo, siento una punzada en el estomago de emoción. Eso es bueno entre tanta tristeza, mamá se ha calmado un poco. Sin embargo papá ha dejado de hablarme. Será lo mejor. De cualquier forma me iré dentro de poco. La ardilla intentó morder su cola de nuevo y el osito cosmonauta no apareció, tengo un poco de miedo hacia él.

Día 8

¡Tengo el rifle! Se lo mostré a Lu y enrojeció. Me dijo que ya no hay vuelta atrás, se le veía radiante y pensativa. Estoy enamorado de ella ¡La amo tanto! Sólo quedan dos días. A veces me pregunto si vamos a hacer lo correcto, pero por ella haría lo que fuera. No sé nada del osito.

Día 9

¡Es terrible! Lu me ha dejado y sólo hay una bala.

Día 10

El osito cosmonauta ha muerto. Al final le disparé con la única bala que había. El plan se arruinó porque Lu se fue con otro. Creo que me quitaré el maquillaje.

"Cordoba" Fabeo Quinto, Acuarela sobre piel de cerdo. 2.65X4.43